FP para ser ama de casa
Es la nueva propuesta de Educación y no sé cómo no nos da vergüenza.
Si verdaderamente es necesario un módulo de estudios para aprender lo que toda la vida de Dios aprendimos en casa de manera natural y espontánea, es como para gritar ¿qué hemos hecho, hacemos con nuestros hijos, que no saben ni freír un huevo, ni planchar una camisa?
Esta idea, que no sé si llegará a buen o mal fin, recuerda un poco el Servicio Social de años ha!
Quiero pensar que es una exageración y que nuestros hijos, además de ser estudiosísimos, saber de informática lo que no está escrito, salir un montón, llegar a las tantas justo para desayunar calentito y demás, saben llevar una casa.
Cuando salen a estudiar fuera, cambian mucho... los que salen; cuando vuelven a casa por vacaciones, te reconocen mucho más lo buena que está la comida, el gusto que da tener la ropa limpita y planchada, etcétera. Por algo será.
Estoy a favor de más lecciones en casita y menos en la escuelita en este tema en concreto.
A favor del rollo que es mamá, todo el día dale que te pego con lo mismo.
A favor del rollo que es que te obliguen en casa desde pequeño a hacer ciertas tareas y agradecer las que no haces.
A favor de los rollos que, en general, soltamos los padres de cuando nosotros éramos niños o teníamos su edad y lo que hacíamos y no podíamos hacer.
A favor del rollo de escuchar a los abuelos sus batallitas.
A favor del rollo de hasta que esto no lo hagas, no sales.
A favor de las comidas en familia, donde se cuentan unas veces lo diario y otras veces historias del pasado, de donde tanto se aprende.
A favor de un azote a tiempo y un tortazo, también, si es preciso, o zapatillazo o lo que se tenga a bien, que no pasa nada y eso no es maltrato ni nada que se le parezca.
A favor de una educación casera y natural, con mucho cariño, pero también con respeto, responsabilidades y toda la ayuda que haga falta a los hijos, para que la aprovechen, no para que se peguen la vida padre.
A favor de enseñarles en casa lo de casa y tantas cosas más, que como en casa, probablemente, no las aprenderán en ninguna otra parte.
A las de mi generación, a algunas, por lo menos, seguro que se nos quemaron las primeras lentejas, convertimos una camisa azul en una blanca moteada y llamamos más de una vez por teléfono (fijo) a nuestras madres para una urgencia casera y no pasó nada, ni pasa nada.
Es más, eso une mucho.
Además, ahora que compartimos tareas caseras con los hombres, ¿cómo se va a llamar el modulito? ¿Amas, amos de casa? Porque ésa es otra. Todo el día con la "a" y la "o", qué aburrimiento. Yo me incluyo en la "o" y tan contenta.
Menos ideas geniales y más sentido común.
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