Podemos nos roba
Caminaba por el paseo de los Álamos, era un domingo soleado y caluroso. Había llegado ahí tras conseguir zafarme de las chicas de la Cruz Roja, de dos voluntarios de ACNUR y hasta de unas militantes que solicitaban avales para no sé qué partido. Exhausto tras tal valía, decidí sentarme en un banco a la sombra del Parque. Dos ancianos, de traje, sombrero y bastón, charlaban. Me fue imposible no inmiscuirme en la conversación, aunque sólo pude llegar a captar: "Podemos nos roba". La frase no abandonó mi cabeza en todo el día.
¿A qué se referían los ancianos? A que los podemitas saqueaban las cuentas, a que Podemos está robando la identidad de nuestra ciudad; estarían pensando en los premios "Princesa" que tratan de arrebatarnos. Nunca llegaré a averiguar de qué hablaban estos dos señores: una falta de descaro y una pizca de educación actuaron de barrera para paliar mi curiosidad.
Lo que sí les aseguro es que Podemos intentó e intenta robar una porción de cultura a la ciudad. No me parecen raros estos movimientos de la izquierda. Al igual que la derecha, históricamente, ha tendido a erradicarla y neutralizarla. La izquierda siempre se ha erguido como superioridad moral, actuando de guía cultural. De tal forma que secuestran, en pro de su beneficio, las artes. Fomentando todo aquello que les sea afín y denostando lo que consideran contrario. Contamos con ejemplos actuales claros: la eliminación del busto de Pemán en Jerez, la retirada de subvenciones a la Escuela de Tauromaquia madrileña. Y algo que nos toca muy de cerca: el feroz ataque y rechazo a los premios, emitiendo una imagen de la ciudad paupérrima y dejando patente el cainismo de los dirigentes consistoriales. Estas frases son extractos de la crónica de Rubén Amón para "El País": "El Ayuntamiento de Oviedo pone una alfombra a los Reyes y les organiza al mismo tiempo una manifestación protesta"; "A los Reyes, por un lado, se les acoge; por otro, se les repele". Que sirven de muestra para reflejar el desconcierto que generan las actitudes del tripartito.
Me apena que la buena imagen que ostentaba nuestra ciudad en el exterior se vea poco a poco degradada por este gobierno municipal. Pero aún me abruma más la falta de una oposición cualificada que pueda revertir esta situación. Tiempo al tiempo; y respeto, es lo que la mayoría ha elegido en las urnas. La democracia es el mejor de los sistemas, pero no olvidemos nunca que sustituye el nombramiento hecho por una minoría elitista y corrompida por la elección de una mayoría de incompetentes; sólo es un proceso inteligente que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que merecemos.
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