¿Pérdida o robo?
El pasado día 21 de septiembre, a las tres y cuarto de la tarde, saqué 300 euros del cajero de 4B que hay en el pasillo principal del centro comercial Azabache en Lugones, pegado a la cabina de la ONCE. Cuál no sería mi sorpresa, pasados 10 minutos, al comprobar que había recogido la tarjeta y el recibo, pero no el dinero. Corriendo de vuelta al cajero comprobé que el dinero se había esfumado. Pregunté en el puesto de seguridad del centro comercial y los guardias de servicio, muy amables, comprobaron las imágenes de las cámaras de seguridad y observaron que en el intervalo de los diez minutos que transcurrieron entre mis dos visitas al cajero sólo hubo otra: dos chicas, una de blanco y otra de negro, que estuvieron operando en el cajero. Los vigilantes me comentaron que ellos no podían hacer nada, aparte de darme dicha información.
El objeto de la presente es el de reflexionar públicamente sobre la condición "humana" de algunas personas, que pueden embolsarse 300 euros ajenos sin el más mínimo sonrojo. Ciertamente, no es un robo, pero moralmente es peor si pensamos que a pocos metros está la entrada de Carrefour, con un guardia en la puerta, y nadie se dignó a preguntarle si alguien había echado en falta ese dinero.
Si con esta carta remuevo la conciencia de alguna persona (si la tuviera o tuviese) ya me doy por satisfecho. Espero que hayan hecho buen uso del dinero y que no se les indigeste.
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