Nuestras expectativas
Vivimos en un mundo extraño y confundido en busca de estrellas fugaces y paraísos perdidos, de hadas, doncellas y príncipes que no calman nuestra sed de búsqueda y no sacian aspiraciones pretendidas por cuanto supusieron unos sueños, que se corrompen o aniquilan por cuanto supone esta propia conquista. Habrá que luchar y creer en algo sin sobrepasar los límites de lo admisible y permitido por mucho que cueste admitirlo. Que aunque sí es cierto que hay logros que pueden conseguirse, en muchos casos para nada tuvieron que ver con apariencias en un primer momento otorgadas. Pero si bien es cierto que aunque consideraciones primarias no pueden resultar acertadas, sí pueden resultar de estímulo. Pero a pesar de todo, sus metas suelen ser lo más positivo y está en su consecución poder considerarlas y poder vivirlas en su entera propiedad, siendo uno quien deba experimentarlas y extraer su propia conclusión. A veces buscar cuanto de paraísos pudiera hallarse es preferible que dejar de creer en la inexistencia de la nada en la propia existencia.
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