La era de la tecnología
Hace unos días estaba viendo la televisión un programa en el que hablaban de lo insociables que nos habíamos convertido desde la era de los móviles.
Y aunque alguno sé que se va poner a bufar, creo que es cierto, porque aunque sea por un segundo, paraos en medio de la calle y mirar cuántas personas van caminando mirando para la pantalla de su teléfono. Es verdad, muchas veces te salva de tener que saludar a alguien incómodo, pero eso no es una excusa para que cuando salgas de viaje, a la calle, con tus amigos, tu familia, te estés perdiendo la belleza del momento.
Recuerdo un día, mientras esperaba en la consulta del médico, cómo una chica le contaba a su amiga por teléfono la belleza del paisaje, del amanecer, de cómo su novio la había sorprendido llevándola a la playa, pero lo que más me llamó la atención fue que se había preocupado más por sacar fotos, hacer selfies para publicarlo a las redes sociales, que de prestar atención a ese recuerdo.
¿De verdad eso es lo que nos espera a partir de ahora? Espero que no.
Me gusta mi móvil, lo reconozco, y es cierto que muchas veces me ha hecho regresar a casa sólo por dejarlo olvidado, pero disfruto de los momentos con mis amigos, de mi novio, de los pequeños placeres de la vida.
No soy como esas personas que se sientan uno en frente del otro y cada uno vive pegado a su móvil, cuando quizás están hablando por WhatsApp entre ellos (irónico, ¿verdad?, pero cierto). Lo único que te hace pensar que se conocen es que se sientan en la misma mesa o que pagan la cuenta conjunta.
Quizá vamos a tener que hacerles caso a nuestros padres cuando dicen que estamos perdiendo los mejores momentos de la vida sólo por estar pegados a un aparato electrónico.
Vivimos en la época de la tecnología, pero no significa que la tecnología tenga que controlarnos la vida. Subimos fotos a Facebook, Twitter, Instagram para que la gente vea lo que estamos haciendo, para que nos envidien (tal vez), pero en realidad, apenas disfrutamos de ese momento pensando en cuál es la mejor foto que debo subir para que tenga más "me gustas".
No está mal vivir pegado a un móvil, ni subir fotos, ni escribir en blogs, ni leer periódicos digitales, todo lo contrario, ésta es la época de la rapidez, de obtener respuestas fáciles, pero quizá deberíamos aprender a viajar sin estar pendientes del sonido de notificaciones; a quedar con unos amigos sin pensar en qué foto subiré tras la reunión; a conocer a alguien nuevo sin pensar en buscarlo luego en Facebook; a tomar algo mirando a los ojos a la persona y a sonreír ante la belleza de los mejores recuerdos de nuestra vida.
Sacar fotos debería significar querer guardar ese recuerdo, no querer llevar más likes que tu amigo de al lado.
Volvamos a la época en la de hacer algo porque sí, no por las redes sociales.
Y para que quede claro, no digo que todo el mundo viva por eso, pero sí el reportaje me hizo llegar a esta conclusión. Por lo que ser felices y encontrar motivos para serlo.
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