Y salieron cantando "La Marsellesa"
Nada queda por añadir a la barbarie terrorista de París. El mundo entero (civilizado) se ha pronunciado sin polifonías, en una monodia de solidaridad y de calma. A España, y como no podía ser menos, le ha faltado tiempo para ofrecer la ayuda necesaria en la defensa de nuestra civilización, ordenada en base a la Democracia que nos asiste.
Francia entera recibe emocionada y con los brazos abiertos los mensajes del mundo entero, en pro de la fraternidad que luce en su frontis de nación libérrima y grande. Es decir, todo lo que, aquí en España durante el último medio siglo, hemos echado tanto de menos de parte del país galo, mientras que éste fue la casa amable del terrorismo vasco, y que durante ese tiempo nos ha golpeado con una crueldad insufrible.
Nada debe pesarnos, no obstante, y sirva nuestra respuesta al terrorismo islamista de París como lección magistral y solidaria para que, nunca más, Francia vuelva a dar complaciente cobijo al terrorismo etarra, ni a ningún otro del origen que fuere.
El caso es que, a los pocos minutos de los atentados islamistas, los miles de aficionados que salían del estadio de fútbol en París lo hicieron cantando "La Marsellesa", y al poco tiempo, los balcones de la ciudad lucían orgullosos, las banderas nacionales francesas.
¿Qué hubiésemos cantado nosotros y qué bandera habríamos colgado de nuestros balcones cuando ni hemos sido capaces de consensuar una letra (en 2008) al himno nacional español, y a día de hoy una parte de nuestra patria trata de chantajearnos en su propio beneficio del 3%?
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