Cría cuervos
Ante los criminales atentados en Francia, las primeras reacciones son la solidaridad con las víctimas y la condena a los autores de tan execrable crimen, pero una reflexión más profunda nos lleva a extenderla a quienes han posibilitado tal estado de cosas no sólo en Francia sino sobre todo en los países árabes del Mediterráneo y del África subsahariana.
Recientemente Tony Blair, uno de los tres responsables del trío de las Azores, lamentaba el gran error que supuso la invasión de Iraq, donde empezó todo y cuyo caos posibilitó la entrada de Al Qaeda, y los demás integristas, y hace pocos días Hillary Clinton repetía la misma idea aunque con distintos términos.
Pero la desastrosa intervención de Occidente no se ha limitado a Iraq sino que se extendió a Libia y recientemente a Siria. Bajo el lema los enemigos de mis enemigos son mis amigos dio alas y armó a partidas integristas que hoy son las bases del Estado islámico, y así han creado y alimentado a una fiera que ahora se vuelve contra todos nosotros.
Difundieron la falsa doctrina de que buscaban la democracia en el mundo árabe cuando sus intereses ocultos era hacerse con sus grandes recursos naturales.
Los hasta el momento calificados de patriotas por Europa y recibidos en las cancillerías como luchadores de la libertad han sido el embrión del Estado islámico, los creadores del Boko Haran en el África subsahariana y los responsables de los atentados contra quienes disienten de sus concepciones integristas.
Pero Occidente después de haber contribuido a “dejar a Iraq en la edad de piedra”, tal como afirmó Bush, y de sembrar el caos en los países enemigos de Israel, ha sido indiferente ante la creación del califato islámico y el drama humano de ello derivado.
No ha movido un dedo ante las crucifixiones de cristianos árabes, ante el exterminio de chiitas y otros musulmanes disidentes, ante la destrucción de Palmira, patrimonio de la Humanidad. ¿Pueden decirnos cuál ha sido su postura ante el papel de Turquía, país de la OTAN, que servía de retaguardia al ISIS y donde se concentraban los radicales de Occidente antes de incorporarse al Estado islámico a través de sus pasos fronterizos?
Subtítulo: La necesidad de un compromiso firme con una política de paz
Destacado: ¿Acaso los mandatarios de Occidente que tanto lloran a sus muertos se han manifestado ante los recientes atentados del ISIS, con cientos de muertos, en Turquía contra la oposición laica y más recientemente en el Líbano?
¿Acaso los mandatarios de Occidente que tanto lloran a sus muertos se han manifestado ante los recientes atentados del ISIS, con cientos de muertos, en Turquía contra la oposición laica y más recientemente en el Líbano?
Tras las lágrimas de estos mandatarios se esconde una profunda hipocresía; nada han hecho por parar la guerra en Siria y en Iraq; al contrario, han proseguido con sus negocios de armas y de petróleo y han continuado con su trato de favor a aquellos países que más están contribuyendo a la difusión del integrismo islámico como las monarquías teocráticas del Golfo, que además de propagadoras de las ideologías más integristas han estado armando al Estado islámico.
¿Puede entenderse si no cómo en los hospitales israelíes se ha estado atendiendo a los soldados heridos del ISIS y cómo España, según declaraciones oficiales, ha exportado armas a Arabia Saudita, uno de los soportes del Estado islámico, por un importe de más de 750 millones de euros?
Desde el Comité de Solidaridad de la Causa Árabe siempre se ha defendido los derechos humanos, en este caso concreto en el mundo árabe, se ha luchado por la paz, se ha apostado en los conflictos por la negociación y se ha condenado y se ha pedido tomar medidas contra los estados que más vulneran estos derechos, y su colaboración se ha extendido a las víctimas de la guerra y la ocupación como los palestinos y los refugiados sirios e iraquíes. Pero al mismo tiempo se ha movilizado, enviando brigadas a Iraq, en un intento de evitar la guerra, y después apoyando a los refugiados: las principales víctimas. En ese sentido a iniciativa nuestra tuvo lugar una conferencia por la paz en Iraq en Gijón, donde los responsables del evento estuvieron amenazados de muerte.
Hemos convocado concentraciones y movilizaciones exigiendo a nuestros gobiernos no sólo solidaridad con las víctimas y los refugiados sino una mayor implicación en la paz en Oriente Medio que acabe con los estados más brutales que practican la limpieza étnica, el crimen y la rapiña.
En consecuencia con todo ello pedimos a nuestras instituciones un compromiso firme con una política de paz y que dejen de alentar y armar a quienes atentan contra los derechos humanos y los derechos de los pueblos. De no intentarlo, corremos el mismo riesgo que esos millones de refugiados: padecer el horror.
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