Hipocresía y cinismo sobre los atentados de París
El presidente de la República Francesa, Françoise Hollande ha dicho que van a terminar con los terroristas del Estado Islámico, craso error, esa gente no va a estar esperando a los policías o soldados para que los detengan o se enfrenten a tiros. Seguramente a estas horas estará pensando que no era esa la frase que pensaba decir. Viendo cómo se desarrollaron los atentados en París el pasado día 13 y las consiguientes investigaciones policiales, dichos terroristas llegaron a la ciudad el día antes o el mismo de los atentados. Lo que tenía que hacer monsieur Hollande era entonar el mea culpa por provocar al islamismo atacando con aviones, diferentes puntos de Siria para acabar con esa lacra. Con amenazas no se van a amedrentar, al contrario, seguirán con sus planes de atacar a la población de cualquier ciudad para imponer su cruel política de destrucción masiva de inocentes.
Creo recordar que en los atentados que padecimos en nuestro país el 11 de Marzo del año 2004, no hubo tanta condena exterior a dichos atentados como la que hemos presenciado ahora a través de los medios de comunicación. Lo que si hubo fue una condena al gobierno español justificando los atentados por la intervención militar de nuestro ejército en Irak. Dicha condena fue arengada por el partido socialista aprovechando que tres días más tarde se celebraban las elecciones generales de aquel año. Al mismo tiempo la explicación que dio el Gobierno culpando de los atentados a la banda terrorista ETA no fue aceptada, lo cual se demostró cuando los terroristas fueron localizados en un piso donde se inmolaron al verse rodeados por la policía.
En estos atentados de Francia veo mucha hipocresía y cinismo por parte de los Gobiernos de varios países involucrados en la guerra contra el yihad ismo. Según declaraciones a los medios por parte de la exsecretaria de Estado de EE.UU. Hilary Clinton, todo esto de apoyar a grupos terroristas ya existía en la guerra de Afganistán hace veinte años, cuando su marido era Presidente de su país. Después apoyaron a los insurgentes de Irak, más tarde a los enemigos de Gadafi, y últimamente a los que combatían contra el Gobierno de Siria. Es aquí precisamente donde las potencias occidentales se dan cuenta de que el E.I. está causando graves daños a la población que tienen que huir del país, refugiándose en Europa. Desde ese momento los amigos pasan a ser enemigos, y los Gobiernos de Inglaterra, Francia y Rusia, con la ayuda de algunos países árabes deciden atacar en Siria al islamismo. La respuesta a dichos ataques llega a París con 129 muertos y cientos de heridos, algunos muy graves. Esto debe de hacer recapacitar a los países involucrados en esa guerra contra el terrorismo, y tomar otro tipo de medidas, como buscar las rutas de abastecimiento de armas y municiones a los grupos diseminados por aquel país, además de controlar los grupos que están identificados en Europa que aún no han tomado parte en atentados, para su continua vigilancia. También hay que asegurarse de que los ciudadanos sirios que huyeron de su país y fueron acogidos por países de Centro-Europa son todo trigo limpio.
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