Envidia
Viendo en la televisión el pasado lunes el magnífico espectáculo de los políticos, de todos los partidos –incluso la extrema derecha– reunidos en torno a su presidente cantando "La Marsellesa", sentí envidia; envidia y tristeza.
Contemplar a un pueblo unido que, dejando de lado las diferencias ideológicas, pensaba sólo y únicamente en su país, en su patria, ha sido altamente emocionante. Me hizo recordar al general De Gaulle cuando, con los brazos alzados al cielo, gritaba "Vive la France".
Y sentí tristeza, una gran tristeza, recordando los silbidos a nuestro Himno nacional, recordando nuestra bandera quemada, las banderas republicanas portadas en manifestaciones y mítines políticos.
Y eché de menos que alguno de nuestras políticos grite "viva España" cada vez que se dirige al pueblo español. ¿Es que es incorrectamente político? ¿Es que se hiere a alguien gritando "viva España"? Parece que sí. Pues bien, yo grito con toda la fuerza de mi corazón: "viva España".
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