Bibliotecas
Dice el refrán aquello de que otros vendrán que bueno te harán. Esto es, sin duda, lo que ocurre con los responsables culturales del Principado de Asturias. Al menos en el caso del actual responsable, las cosas ya están claras desde el principio. Su nombramiento tiene que ver, de forma exclusiva, con su idea del bable como esencia de lo asturiano. Para eso ha sido nombrado y a eso es a lo que va a dedicar sus esfuerzos. Ya nos anuncia que el próximo año las partidas para el bable van a experimentar un sustancioso incremento. Obviamente, en detrimento de otras partidas presupuestarias adscritas a su Consejería. Por ejemplo, y lo que voy a tratar, las destinadas a bibliotecas. Al menos la anterior consejera siempre manifestó como uno de sus objetivos cada año que permaneció en el puesto el lograr que las partidas presupuestarias para bibliotecas se mantuvieran cada año.
En realidad, ni siquiera espera al próximo año. Supongo que para que quienes le nombraron no le acusen de lenidad, las rebajas parece que ya han comenzado este año. Por ejemplo, según los datos de la propia página de las bibliotecas del Principado, la Biblioteca Pérez de Ayala, dependiente de fondos del Principado, adquirió en el último mes la asombrosa cifra de 29 libros. La cifra absoluta ya es apabullante, pero aun lo resulta más si comparamos con bibliotecas de comunidades autónomas vecinas. Quizá porque en esos lugares los consejeros han sido nombrados por diferentes motivos que el nuestro.
Claro que quienes tenemos la gran suerte de vivir en Oviedo tenemos la opción de utilizar las bibliotecas municipales. Qué quiere que le diga. En este mismo diario ya se ha comparado su situación en relación con el municipio amigo de Gijón. Pero yo voy hacerlo más fácil, podemos comparar con Siero. Los números hablan por sí solos: Siero, 148; Oviedo, 122. Pero, además, si echamos una ojeada a los libros que se adquieren, lo cierto es que dan ganas de irse a vivir a Siero.
Vemos que aun con poco dinero las cosas pueden hacerse mejor. ¿Cuál es la diferencia? La cultura como gestión o como subvención. Cuando se trata de subvencionar a los amigos, obviamente las bibliotecas no son un buen camino. Así nos va y les va.
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