016, Habláles de mamá
Desde mi posición en la barra podía observar el vaivén de clientes en la vieja cafetería de la ciudad, y pude ver cómo una niña esmirriada se sentaba en una mesa próxima a la ventana y colocaba, con impropia delicadeza, un osito de peluche en la silla contigua. Me giré hacia el camarero y supe que la niña nunca tenía dinero para pagar nada. Volví la mirada hacia su mesa y la observé hablar en bajo con su peluche, al que se refería constantemente como mamá. Algunas palabras volaron en mi dirección e intuí un mensaje que conmovió mi alma.
'¿Qué tal está tu café mamá?' -preguntaba al osito-. '¿Quieres que sople?. Tenemos que darnos prisa o papá se enfadará otra vez. Como aquella vez. No me gusta cuando nos grita por no cuidarlo bien. ¿Más azúcar?' -continuaba ella.
Cuando me di cuenta había dejado una servilleta en su mesa con el número 016 escrito en ella y el siguiente mensaje: Llama y háblales de tu madre. No quedará registro de tu llamada, y no tengas miedo. Háblales de tu madre. Salí de la cafetería en dirección a casa y decidido a abrazar a mi hija.
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