¿Quién se beneficiaría de la reforma constitucional?
Tengo la sensación de que la cuestión de la reforma de la Constitución sea más que nada consecuencia de una incapacidad de los partidos mayoritarios, que ven cómo los casos de corrupción, de cuatro años para acá, tenían en su mayoría raíces profundas, desde muchos años atrás, demasiados al entender de la mayoría de sus votantes. Por tal motivo, son de difícil justificación todas las buenas intenciones de las que quieren hacer gala. Los afiliados, los militantes y los votantes saben muy bien que todos, de una manera u otra, han sido cómplices por omisión, pues cuando un partido no es capaz de denunciar la corrupción entre sus filas, algo no está claro. Algo huele a complicidad y a podredumbre.
Por eso, a un mes de las elecciones, con unas encuestas preocupantes, sólo les queda ofrecer la reforma de la Constitución, como si ésta fuera la causante de tanto latrocinio en España. Y como a río revuelto, ganancia de pescadores, aprovechan también los afectados de meter la mano en la caja del Gobierno y partidos catalanistas.
Artur Mas ha dicho por activa y por pasiva que con la independencia de Cataluña a él no le juzgaría ni le investigaría ningún poder del resto de España. Tiene razón, pero como la independencia es una quimera, no deja de ser una extorsión política no sólo al Gobierno, sino a los partidos mayoritarios que puedan encausarlo a él y los suyos desde los órganos del Estado. Y todo esto lo saben el señor Rajoy y el señor Sánchez, de ahí que con tal de que no levanten en demasía las alfombras pactarán una reforma constitucional en la que figure -entre otras cosas- la independencia judicial de la Cataluña de Mas. Claro que esto arrastrará a la comunidad vasca a no perder su parcela de poder en la nueva reforma, a Navarra y a Galicia.
Y el resto de los españoles, ¿en qué vamos a salir beneficiados? Piénsenlo aquellos que hayan tenido la paciencia de llegar hasta aquí. Mi opinión es que en nada. Y voy más allá, creo que abrir ese melón no va a ser sólo para catarlo, no... Será para comérselo por partes, pero entre las comunidades de mayor censo electoral, pues fíjense, si no, cómo nadie habla de mejoras fiscales, económicas o sociales que pudieran afectar positivamente a pensionistas, trabajadores y clases medias. Sólo de una España federal, y si me apuran, de esa negociación saldrá una España laica, lo que para los españoles es ponernos de nuevo en 1931.
Algunos, como es mi caso, no estamos por la labor. La Constitución ya ha sido reformada en su adecuación a la Comunidad Europea; a partir de ahí, salvo el tema de la descendencia en relación a la Monarquía, nada hay que reformar, porque además esta reforma será al final una ruptura.
Queda para mí suficientemente claro que el tema constitucional sólo favorecerá a los anticonstitucionales y los que tienen algo que ocultar o mucho que perder.
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