Los videojuegos ya no son cosa de hombres
La masculinización del mundo de los videojuegos continúa siendo un handicap en esta industria, la cual se alimenta de la diferenciación de género en el ámbito comercial. Esta masculinización no se produce sólo en los procesos de creación y producción, sino también en cuanto a los personajes icónicos que han representado la industria para el gran público.
Observando la impresionante penetración del sector del videojuego en la sociedad, el mercado mundial de videojuegos en 2014 superó los 23.000 millones de euros y la tendencia es creciente, vemos que la capacidad de transmitir valores y estereotipos es muy grande.
La irrupción de los móviles y las mesitas en nuestra vida cotidiana todavía aporta más presencia femenina, gracias a los dispositivos móviles, cada vez más mujeres se interesan por los videojuegos. El aumento de mujeres jugadoras es imparable y este cambio demográfico tendría que tener algún tipo de efecto en el mundo de los videojuegos.
Los videojuegos pueden ser una herramienta más que puede contribuir al desarrollo de las personas siempre que se haga un uso responsable. A pesar del poder de los videojuegos de formar y crear modelos de comportamiento, en el fondo, las representaciones de ficción no son más que el reflejo de la sociedad.
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