¿Tren al aeropuerto?, pero ¿a cuál?
Hace ya 6 años que el por entonces ministro de Fomento, el señor Francisco Álvarez-Cascos, prometiese a los asturianos un tren que los llevase al aeropuerto, lo cual no pasó de ser una mera ocurrencia.
Pero las ocurrencias son contagiosas y a comienzos del año pasado Javier Fernández, secretario general de la FSA-PSOE, retomó el tema en una de esas clásicas promesas preelectorales de 2007.
A comienzos de marzo del presente año, ya con elecciones generales encima, el Ejecutivo asturiano declaró que pretende llevar el tren hasta el aeropuerto de Asturies y el objetivo es que el trayecto desde Uviéu y Xixón hasta la terminal aeroportuaria no exceda los 35 minutos.
Vaya, me surgió entonces la duda de si esta declaración era otra mera ocurrencia más o llegaría algún día a ser verdad. A día de hoy, por otra parte, parece más bien que pasó nuestro tren, con la que está cayendo y el peso (por pesu nun va ser) de políticos de Asturies en el Estado español (es decir, ninguno).
El caso es que paseando con la pandilla habitual a orillas del Main en la cosmopolita ciudad de Fráncfort, a Klaus, compañero de andanzas, se me descojonaba en la cara cuando le comente que allá donde nací los trayectos en tren demoran entre 15 y 20 minutos más que si los haces en coche y no digamos las comunicaciones interprovinciales. Pero ahí está la cruda realidad, colega, si no intenten comprobarlo en la línea Gijón-Laviana o Mieres para salir de dudas, y hasta hace cuatro días, el viaje a Madrid.
Entiéndanme, señores, vivo en un país donde la Alta Velocidad empezó a hacerse realidad allá por 1990 y en pocos años consiguió comunicar los principales núcleos urbanos del Estado federal. Ya ni siquiera es la preocupación conectar tanto sus principales ciudades entre sí, sino comunicar a éstas con las principales capitales europeas, como la línea París-Fráncfort, en 3 horas 45 minutos, o Bruselas-Colonia, en 1 hora 40 minutos, inauguradas en recientes años.
Pero el caso es que en España, la primera y durante años única vía de Alta Velocidad unió Madrid con Sevilla (cómo no, centro cultural-folclórico y esencia hispánica).
No podía haber sido con Lisboa o con Barcelona y de ahí la salida a Europa (eje, por otra parte, lógico hasta para un niño al que le dieran un mapa político peninsular y le dijeran "nenu, une tres ciudades del mapa con una línea", no señor, tenía que ser Sevilla y esperar más de una década para conectar con la segunda ciudad en importancia de España (así son los españoles, oiga, y en Asturies, pues hagan cuentas de cuándo llegará la Alta Velocidad viendo los antecedentes).
Por lo tanto, amigos, tales promesas y proyectos en un país como éste y más concretamente en nuestra patria chica, con su clase política si cabe más auténtica en despropósitos y promesas aparcadas en la cuneta que en saber hacer (Autovía del Cantábrico, variante de Pajares, metrotrén en Gijón, etcétera ), no me puede provocar otra cosa que maldita gracia.
Lo triste es que todavía sean ocurrencias y propuestas, lo que unido a un aeropuerto más competitivo y práctico habría abierto más Asturies a Europa y al mundo a todos los niveles.
Sin embargo, escuchamos hace un par de meses que se han cancelado las líneas aéreas de bajo coste que comunicaban la capital de España con Asturies, afectando en gran medida a los miles de jóvenes que pensaban habían dejado atrás el imperio monopolístico Alsa. Pero, colega, qué hundida queda su esperanza ahora. Ya no era sólo aguantar las cancelaciones de vuelos (este año se han conseguido duplicar las cancelaciones respecto a 2007), sino que directamente te quitan la única alternativa económica para regresar.
Los que vivimos en tierras más lejanas, sin embargo, tenemos la suerte (o no) de contar con un aeropuerto que lidera el crecimiento de vuelos en España, con un aumento del 21,9% de los mismos desde enero del presente año y a dos horas del centro de Asturies y con la mitad de población que nuestra tierra (y todo esto con un "presi" regionalista, oiga; sí, sí, de esos que tienen la ocurrencia de no depender de lo que le dicen desde la capi, ¡y es que encima le llegará el AVE no sólo de Madrid, sino el AVE cantábrico antes que nosotros veamos un miseru fierru de vía puestu. ¡Te lo puedes creer amigo!).
Pues siguiendo con lo que les cuento, estos vuelos suelen ir llenos de rebaños de teutones y gabachos dispuestos a dejarse los pies en su marcha hacia Santiago (eso sí, por el camino francés, que es del que oyeron hablar) y de españoles residentes en Alemania aprovechando el fin de semana para acercarse a esta parte de la piel de toro.
Pero en lo que nos toca, ahí están también los cientos de asturianos que estudian o trabajan en toda Centroeuropa, jóvenes que se acercan a Fráncfort-Hanh a veces desde 200 kilómetros de distancia hasta el aeropuerto germano para que los dejen por 70 a dos horas de casa.
Pues queridos amigos, a mi parecer, estos políticos deberían mejor pensar si no habrá que replantear en sus ocurrencias un tren destino aeropuerto de Parayas, en Santander, porque seguro que todos esos compatriotas asturianos que vagan y luchan por salir adelante en tierras centroeuropeas se lo agradecerían si, como está visto, en Asturies no son capaces de captar comunicaciones prácticas, tanto para los nuestros como para el escurridizo turista que últimamente poco se deja ver por Asturies.
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