Los nadies
Hace no tantos días nos preguntábamos si valían más unas muertes que otras, tras los atentados de París y el impacto mediático de los mismos.
Cuando otros atentados terroristas, mismas causas, parecidas consecuencias, no tuvieron, apenas, repercusión social.
Nos preguntábamos entonces por qué éramos París y no Beirut, o Siria, mientras Twitter, Facebook y las barras de los bares se convertían en escenarios de debate, donde cada uno, sabiendo mucho, poco o nada, intentaba demostrar y adoctrinar al resto, escuchando para replicar y nunca para entender.
Si era tarde y en tu foto habías puesto ya el filtro de la bandera de Francia, con la boca pequeña argumentabas que es un país vecino, un país más similar; si, por el contrario, no lo habías hecho, situándote en un plano de superioridad moral, recriminabas al resto los años que lleva habiendo atentados yihadistas en el mundo, o atentados en general, o muertes en definitiva, en las que no se había guardado luto.
Sin embargo, empatizamos más con algunas causas que con otras, nos guste o no. Ahora pensemos por qué. No acusemos a los medios, tenemos la información al alcance de la mano, no señalemos hacia los lados y apuntémonos a nosotros mismos.
Sé humilde, mírate a ti, que te encanta el marketing, que te unes al último movimiento de moda, acuérdate cómo te volviste solidario tirándote agua por encima, ¿para apoyar ¿qué?
Siempre que una cara conocida se descalce y salga en la televisión por ello nos pondremos un lazo del color que sea.
Luego hay cosas que estando tan cerca de nosotros, como las anteriores, ignoramos.
Cosas por las que nadie corre una maratón.
Hoy es el Día Contra la Anorexia. ¿De qué color es el lazo que me tengo que poner? No, yo tampoco lo sé.
Conozco a bastante gente que la padece y, además, se avergüenza.
Podemos justificarnos, dar las razones, motivos y argumentos que creamos oportunos y suficientes. O podemos ser conscientes, ser conscientes de que nos solemos dejar llevar y de que hay caras en esta sociedad que se nos olvidan, nombres que no nos interesan.
Hablaba Eduardo Galeano de los nadies: "Los nadies: los hijos de nadie.
Los nadies: los dueños de nada.
Los nigunos, los ninguneados,
jodidos, rejodidos".
La enfermedad por la que nos mojamos era la ELA.
El color del lazo de la lucha contra los trastornos alimenticios es el azul, fue el día 30 de noviembre.
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