¿Infractores de tráfico?
El pasado día día 1, una pareja de policías municipales de Gijón se situó sobre las 13.50 horas en la calle Ramón Areces, al parecer con el fin de recriminar o sancionar, según las simpatías que les despertaras, a todos aquellos conductores que hacían uso del tramo que atravesaba desde la calle Velázquez hasta la calle Ramón Areces, y para cuya utilización solamente estaban autorizados los residentes de los bloques colindantes.
Cabe significar, aunque no lo justifique, que por la hora que era y su ubicación exacta en la calle Ramón Areces en la que se colocaron la práctica totalidad de los infractores a los que iban a regañar se trataba de padres y madres que iban a recoger a sus hijos a la salida del colegio, en una zona donde apenas se puede encontrar estacionamiento de ningún tipo a esas horas.
Asimismo, no deja de ser curioso que para evitar que se tomara ese atajo en vez de esperar a los infractores al comienzo del tramo, y de esta manera evitar el cruce de todo el carril, lo hicieran al final del mismo, y más gracioso es que para evitar la comisión de una infracción los policías te obligaran, y sí, digo obligaran, porque sólo te dejaban esa opción o la de la sanción, a ir marcha atrás en dirección contraria en una calle peatonal bastante concurrida por la hora que era, hasta el acceso a un garaje, en donde, ya con espacio, se podía dar la vuelta al vehículo y abandonar la calle.
Resumiendo, un agente de la autoridad te obliga a cometer una infracción más grave que la que ya acabas de cometer. Ya me explicarán ustedes si es práctica habitual entre los funcionarios de la Policía Local de esta ciudad o ha sido un hecho puntual bastante desafortunado.
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