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Cantos de sirena en la Universidad Popular de Gijón

6 de Octubre del 2009 - Fernando López Valverde (Gijón)

Desde hace seis años soy asiduo asistente a los cursos de la Universidad Popular de Gijón y me veo obligado a salir ante la opinión pública, porque habiendo presentado desde hace tiempo una serie de cuestiones ante su dirección, ésta sigue haciendo caso omiso a sugerencias y críticas, apoyándose, como no, en el autoritarismo, la rutina y la irresponsabilidad.

Quiero hacer públicas algunas consideraciones sobre la deriva ideológica que van tomando sus objetivos fundacionales, como se demuestra en la programación de los últimos cursos al compararlos con los de sus comienzos y en otros aspectos de su gestión y funcionamiento.

En los años ochenta el Ayuntamiento de Gijón, ciudad con una larga tradición en actividades de cultura popular, - entre otros los Ateneos, Gesto y numerosas asociaciones-, fue de los primeros en recuperar esta histórica institución de antaño con el objetivo de: satisfacer las aspiraciones de quienes sientan la necesidad de continuar, ampliar, renovar, prolongar o complementar todos y cada uno de los aspectos esenciales de la formación integral de la persona humana, condición indispensable para lograr una comunidad de ciudadanos responsables en la crítica y libres en la decisión, cualidades esenciales de una sociedad democrática. (Así consta en sus documentos fundacionales).

En la actualidad en su cómoda y triunfalista propaganda ocultan que, si comparamos los contenidos de la programación entre los diez primeros y los cuatro últimos años, se puede comprobar que la oferta, aunque ciertamente amplia en el número y variedad de los cursos, el porcentaje de los que tienen más carácter de estudio y pensamiento ha bajado a un nivel muy reducido y desproporcionado en comparación con el resto. Es decir, prevalece de forma abrumadora el área lúdica o instrumental sobre la formativa. Ahora la mayor parte de la programación la están configurando principalmente para cubrir el tiempo libre y el ocio de las personas adultas (Así se puede leer en su página web). Objetivos ciertamente de interés para muchas personas, pero no para otras que pedimos algo más sustancioso que nos ayude a replantearnos en lo posible algunos de los males de la sociedad en que vivimos, ideológicamente tibia, vitalmente conformista y arrasada por el hedonismo y el consumismo.

Precisamente cuando hace tres años el Ayuntamiento de Gijón celebró a bombo y platillo su 25 aniversario, en su propaganda las autoridades municipales hicieron hincapié en la excelencia de su gestión destacando la cantidad de cursos ofertados y el alto número de alumnos matriculados. Cada vez más cursos ofertados y más alumnos solicitantes; ese fue y sigue siendo todo el análisis y valoración después de veintiocho años de existencia. Miran más a las estadísticas que a los objetivos fundacionales y se limitan a presumir de cantidad y no de calidad.

Como a la mayoría de los dirigentes políticos de ahora, a los responsables de la UP. no les interesa formar ciudadanos con criterio, pues sólo les vale fomentar mentes de pensamiento bajo o, cuando mucho, de pensamiento único, que facilite la fabricación de sus consensos y votantes.

Para cerrar por hoy mis reflexiones me atrevo a plantearle a los responsables políticos de la gestión de la UP, que instituciones de esta naturaleza, que tienen el objetivo de contribuir a la formación de los ciudadanos y ciudadanas, necesitan que periódicamente se las someta a un profundo análisis de carácter institucional para ir perfilando con renovado acierto su objetivos fundacionales y su explícita función social. El paso del tiempo así lo demanda y más ahora que estamos viviendo cambios y crisis de hondo y acelerado calado.

Y, si me lo permiten, le recuerdo a esos mismos señores lo que muy bien dice Noam Chomsky: La propaganda es a la democracia, lo que la cachiporra al Estado totalitario. ¡Por favor!, no nos machaquen con el auto bombo de su propaganda, pues, como Ulises, no quiero verme obligado a taparme los oídos para no oír cantos de sirenas. Gracias.

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