Carta a monseñor Martínez Camino
El pasado día 2 de octubre, señor Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal, Don Juan Antonio Martínez Camino, compareció usted en rueda de prensa para, una vez más, demostrar su integrismo, intransigencia, falta de realismo y nula visión del mundo actual. Monseñor, al igual que otros miembros de la Conferencia, es incapaz de observar su entorno y tratar de adaptar su discurso, no ya sus principios, a la evolución de una sociedad hace tiempo divorciada de sus teorías y de sus prácticas.
En su comparencia asevera que la proposición de Ley de interrupción del embarazo es gravemente injusta, perjudicial para la sociedad y lesiva para los que van a nacer, me gustaría que me explicase, Sr. Camino, para quien es injusta y para qué sociedad es perjudicial, supongo que es injusta y perjudicial únicamente para la sociedad que usted representa. No acepta que existe una pluralidad de ideologías, de sentimientos y de voluntades para la cual debe legislar este o cualquier otro gobierno, la suya es solo una parte del todo. Pero usted, Monseñor, pretende que su modelo sea implantado a toda la sociedad, católicos, protestantes, musulmanes, hinduistas, ateos, agnósticos, etc.
Asevera Monseñor que un pueblo que mata a sus hijos es un pueblo sin futuro, dicho así, al pie de la letra, estoy plenamente de acuerdo, aunque los científicos no se ponen de acuerdo en el momento en que debe considerarse persona al embrión o feto. Pero yo le pregunto, Monseñor, que futuro tiene un pueblo que mata a sus hermanos. Si su doctrina manda poner la otra mejilla ¿porqué algunos de sus correligionarios señalaban con el dedo a quienes debían ser fusilados después del 39?, somos muchos los que estamos esperando un gesto de la cúpula de la Iglesia Católica española condenando aquel levantamiento y los hechos posteriores, posiblemente más de los que se van a reunir en Madrid el próximo día 17 auspiciados por la Conferencia Episcopal y con el lema de a favor de la vida y la maternidad. Tenga cuidado Monseñor si acude, no se coloque al lado de alguna señora entrada en años y que en el pasado acudía de vez en cuando a Londres y no de compras, aunque si dejaba allí divisas. A favor de la vida, curiosa frase que puede servir para manifestarse en contra del aborto y al mismo tiempo apoyar una guerra injusta e ilegal como la de Irak, que sirve para apoyar la maternidad pero también declarar que a los inmigrantes se les debe dejar morir de hambre o condenarlos a delinquir ya que no se les debe legalizar. Todo esto Monseñor suena a hipocresía, fariseísmo e iniquidad. Quede mi postura clara, en contra del aborto pero a favor de una Ley de interrupción voluntaria del embarazo, no preconizaré nunca que una mujer que decide abortar, y a la que ustedes tildan de víctima, además, sea encarcelada.
Se le llena la boca hablando de Iglesia, pero a cual se refiere Monseñor, porque está claro que según su Catecismo Iglesia es la formada por todos los bautizados, y le garantizo Sr. Camino que somos muchos más los incluidos en sus registros que no participamos de sus enseñanzas que los que las acatan sin ninguna oposición. No al aborto, no a los métodos anticonceptivos, no al divorcio, pero si a la muerte selectiva, si a la pedofilia (perdón efebofilia) y si al tribunal de la Rota, háganos un favor, váyase al carajo Sr. Martínez Camino, perdón quería decir a Ejercicios Espirituales y medite, medite mucho los Evangelios, San Mateo es muy apropiado, la carta de Santiago no tiene desperdicio, espero que se obre el milagro y regrese decidido a ir de misiones, porque la soberbia y el orgullo, la mentira y la difamación Monseñor, son pecados.
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