Prometer y más prometer
Vivir en nuestro país tres semanas en campaña electoral es como ponerse a dormir después de haber tenido un mal día y conseguir tener el mejor de los sueños. Lo malo, como en cualquier sueño, es despertar y en cuanto pones el pie en la calle volver a encontrarte con la cruda realidad.
No se puede creer que los políticos nos tomen por tan olvidadizos y tan pardillos, capaces de tragarnos todas las trolas que son capaces de imaginar para soltárnoslas en campaña electoral a modo de anzuelo, convencidos de que nuestra supuesta estupidez alcanza a creer todas las promesas que se les ocurren hacernos, a sabiendas de que son imposibles de cumplir. Tenemos el país endeudado hasta las trancas y, aun así, ellos, desde la oposición, le sacan los colores al Gobierno por ser tan cicatero en el gasto público y haber aplicado una política de recortes, que no sólo no sirvió para reducir la deuda pública, sino que aumenta año tras año y se sigue generando déficit en las cuentas públicas. Si tratando de ahorrar aún seguimos endeudándonos, ¿qué pasaría dándole rienda suelta al gasto tal como pide la oposición? Desde el partido en el Gobierno, nos lanzan también todo tipo de mensajes positivos tratando de convencernos de que o ellos o el caos. A España, según ellos, la encontraron con las cuentas hechas unos zorros y tuvieron que exigirnos apretarnos el cinturón varios ojales para tratar de hacernos volver a flotar y salir a la superficie después del hundimiento provocado por el señor Zapatero y su equipo de Gobierno o desgobierno, según se quiera mirar.
Sin pretender inclinar la balanza del voto hacia una u otra parte, ya que yo hace años que en esto me siento como el gato frente al agua y huyo de todos ellos como quien ve al diablo, debo decir que en mi modesta opinión quienes ganen estas elecciones más les valdría atarse una cuerda al cuello y buscar el árbol más próximo donde colgarse, porque la que les espera es terrorífica. Tanto prometen unos y otros que la gente, por torpe que sea, no va a dejar de acordarse de las muchas promesas que ahora les están haciendo y que seguro, pasado el momento del recuento de votos, no van a ser puestas en práctica; no hay con qué. Los amigos del señor Zapatero bien harían en darle un vistazo a aquel RD ley de 20 de mayo de 2010 por el que se adoptaban medidas extraordinarias para la reducción del déficit público, medidas que en la práctica supusieron un "marrón" que luego se tuvieron que tragar el señor Rajoy y su Gobierno, como fue, entre otras, la congelación de las pensiones en el año 2011 y que supuso la supresión en enero de 2012 de la paga extra que los pensionistas veníamos cobrando cada año por desviación del IPC, y que muchos, por ignorancia, achacaron a los recortes del señor Rajoy. A mi entender, es una desfachatez por su parte venir ahora con su habitual sonrisa facilona a hacer campaña electoral poniendo a caldo a los populares, cuando, en parte, estos lo único que han hecho es cumplir con las obligaciones y compromisos que él dejó firmados y publicados en el BOE. Algunos, a pesar de los años, aún conservamos en buen estado la memoria, cosa que él y algún otro parecen no tener en cuenta.
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