Los límites del humor
Según Wikipedia, el humor es el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Existen diversos tipos y muchos grados de provocación. Para mí, resulta un estupendo método para desdramatizar y poder cambiar el enfoque de las cosas, para hacer que no sea todo tan serio ni tedioso. Con el humor como arma, podemos voltear una situación hasta una vertiente más relajada y distendida.
Ahora bien, el humor siempre depende del contexto. Una situación puede resultarnos muy divertida, pero siempre dentro del marco que nos presenta una sociedad como aceptable. El humor, nos guste o no, también tiene sus límites. De hecho, estas fronteras de lo socialmente permitido, nos dicen mucho de una sociedad y de sus miedos, fobias y tabúes. Pero, ¿dónde deberíamos ponerlos? ¿deberían existir? He ahí un tema de profundo debate y difícil acuerdo.
Recientemente, hemos vivido el caso del concejal madrileño Zapata, al que la oposición exigía su dimisión por unos tweets de humor negro acerca de víctimas del terrorismo, o los trágicos sucesos de los asesinatos en la revista satírica Charlie Hebdo, originados por unas mofas gráficas hacia Mahoma aparecidas en dicha publicación. Dos casos de diferente alcance, pero con el denominador común de una ofensa por cruzar esos límites. ¿Hay que saltárselos, pues? Yo creo que sí.
No me gusta la gente que no tiene la capacidad de reírse de lo más sagrado. Creo que podemos y debemos reírnos de Dios, de la muerte y de lo más trágico de nuestras vidas. Es un ejercicio para voltear la situación, para ver las cosas desde otro lado. ¿Todo nos tiene que hacer gracia? No, por supuesto que no. Pero no por eso todo ha de ofendernos. Mientras menos nos ofendamos por cuestiones humorísticas, más madura y equilibrada será nuestra sociedad. Yo, por mí parte, siempre acabo con la misma conclusión; los más radicales y los que acaban pegando tiros, siempre están ofendidos. Así que mejor intentar tomarse las cosas con un punto de humor, por muy serias que estas sean.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo