La vida e Instagram
En plena eclosión de la redes sociales y la web 2.0, una de las más conocidas es Instagram, la red social de fotografías por excelencia. Allí todo es perfecto e ideal. La comida, los viajes, las fiestas, las calles, las mascotas, etc... todo es muy cute y muy trendy, y a ser posible en inglés, que queda más cosmopolita. Lo fotografiamos y grabamos todo, y lo clasificamos con su correspondiente #, no valla a ser que nos perdamos! #dog #party #life y un largo e interminable etcétera de jerga instagramera que parece no tener fin. Lo compartimos todo en todo momento, ¿no nos estamos olvidando de lo mejor?
La vida es eso que pasa mientras hacemos planes, dice el dicho. Ahora sería más bien aquello que pasa mientras estamos en Instagram. Hey, levantad la cabeza! Que nos estamos perdiendo la vida, amigos! ¿No es mejor reír, charlar, disfrutar y bailar que contar que lo estamos haciendo? Perdemos tanto tiempo publicando estados y momentos que prácticamente dejamos de vivirlos. Malgastamos tantos minutos arreglando fotografías o intentando tomar la instantánea perfecta que no gozamos de lo que tenemos delante, ahí, sin filtros ni distorsión alguna. Real, como la vida misma. La vida misma, eso es!
Sí, puede que no sea perfecto, puede que salgamos despeinados y puede que a ratos no hagamos nada de interés alguno. Pero será pura e intensamente auténtico. Y eso no hay filtro que lo consiga.
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