Lo nuevo se merece una oportunidad
Muchas son las voces que oímos preocupadas por los posibles resultados electorales del día 20. Dicen que votar a los nuevos es darle el poder a la inexperiencia y que es mejor respaldar a quien sabe de esto; y me pregunto: ¿qué es saber de esto? Acaso, quien puede explicarnos cómo repartirse sobres en negro cargados de billetes de 500 euros, mientras sin escrúpulo alguno ponían en marcha una política de recortes y reformas que agredieron durante estos cuatro años a toda la clase media baja de este país. ¿Esa es la experiencia que quieren? O a quienes sus últimos tesoreros les salieron rana, sin que ellos, nadie se enterara de nada (o son tontos y, por lo tanto, quedan descalificados para responsabilidad alguna, o estaban al tanto y, entonces, ¡ustedes mismos!).
Pero esa experiencia no queda ahí, son expertos en cuentas en Suiza, en presumir de crear empleo de esclavitud, en aumentar las tasas universitarias para que sólo puedan estudiar sus hijos, en dejar en la estacada a los jóvenes y parados de larga duración, en fabricar pobres y crear una generación de inmigrantes en busca de oportunidades que aquí no tienen y con ellos presumir de bajar el desempleo (claro, si se van fuera, baja la lista del paro), ¡serán miserables! Presumir de bajar el paro cuando saben que es por este motivo. Pero si en algo son expertos de verdad es enchufando a familiares, en engordar la Administración de gente que no sirve para nada, de quedarse ellos apalancados de cargo en cargo sin posibilidad de echarlos cuando nadie los elige. Y éste es el mal del déficit que tenemos, no podemos con nuestros impuestos mantener a tanto golfo. Y luego, para ellos seguir estando meten estos miedos de que votar lo nuevo es peor.
Pero no piensen que se quedan ahí estos sujetos insensibles, dejan caer un día sí y otro también que las pensiones, la sanidad, la educación y los Servicios Sociales son casi un favor que nos hacen ellos, con su experiencia, que sólo ellos pueden mantener semejante privilegio, ¡serán miserables!, que no se puede mantener por mucho tiempo este Estado del bienestar que tenemos. Por eso se propusieron destruirlo todo, y si no lo lograron fue por las mareas y marchas verdes, amarillas, negras y blancas que les dijeron ¡hasta aquí!
¡Claro!, no hay dinero para una renta básica, se alarman porque algún partido nuevo lo lleva en su programa para apoyar a las familias que no tienen ni para encender la calefacción; los expertos se lo quieren seguir repartiendo entre ellos.
Entre lo nuevo y lo viejo no debiera haber diferencias apreciables cuando lo nuevo coge responsabilidad, siempre que lo viejo hubiera enseñado correctamente el camino a seguir. Pero en este caso lo viejo no ha estado dispuesto jamás a ser reemplazado, quieren seguir hasta más allá de la tumba rucando, por eso la enseñanza que pudieran sacar los nuevos de ellos, es sólo quedarse con lo bueno y desechar por su cuenta las golferías que les delegan estos apoltronados.
Nos jugamos mucho en estas elecciones, cada cual vote en conciencia, pero jamás llevado por miedos. Esta sociedad sabrá sortear todas las dificultades, mejor unidos, con pactos y acuerdos que con mayorías absolutas que siempre nos llevan a retroceder muchos años en derechos y Estado del bienestar.
Lo nuevo, visto lo viejo, se merece una oportunidad.
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