Los hombres que no amaban a las mujeres
Menuda se ha armado con las recientes declaraciones de Marta Rivera, de Ciudadanos, sobre la violencia de género. Según ella, y su partido, este tipo de violencia no existe. O eso al menos han dado entender. Es tan grave que un hijo vea cómo su padre mata a su madre que el que vea cómo su madre mata a su padre. Efectivamente, igual de grave es. Pero con esta afirmación, la número 3 de la formación naranja por Madrid demuestra que no sabe (o no quiere saber) por donde van los tiros. Primero, en la ley no se diferencia por sexo cuando hay asesinato. Y segundo, que yo sepa, a un hombre (y yo lo soy), no se le agrede, se le reprime y se le mata por su mera condición masculina. No es una tendencia generalizada y, por desgracia, la violencia machista sí es un problema estructural en la sociedad. Y un problema de los gordos.
Uno de los grandes peros que tienen los autodenominados como partidos de centro, es su equidistancia con la realidad y los problemas de la gente. Ni se mojan, ni tienen intención de hacerlo. Por eso resulta gracioso cuando la formación que lidera Albert Rivera se define como el cambio tranquilo. Les pega más bien algo así como ¡tranquilos! Nada cambia.
El machismo está presente en nuestra sociedad. Lo vemos en las cafeterías, en los sueldos de las trabajadoras y, por desgracia, en la sección de sucesos de los diarios y televisiones. Cada día. Pretender que vivimos en una sociedad igualitaria en cuestiones de sexo está muy bien, pero primero hay que erradicar ciertas conductas que por sí solas no van a desaparecer. Y menos cuando no admitimos que tenemos un problema.
España es una sociedad machista, Reconocerlo es el primer paso. El segundo, actuar en consecuencia. Y, Ciudadanos, no va hacer ni lo uno ni lo otro.
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