El juego sucio de los socialistas
Una vez celebrado el debate electoral entre Rajoy y Pedro Sánchez, siguen confirmándose una vez más las malas artes y el juego sucio que estos chicos socialistas siguen siendo capaces de utilizar, al peor estilo maquiavelista, para justificar que el fin si justifica cualquier medio.
No fue éste último una excepción. Siguiendo la peor escuela de Alfonso Guerra, quien por los ochenta abrió el "todo vale" para denominar a don Adolfo Suárez "tahúr del Misisipi". Esta vez, el candidato socialista llama indecente a Mariano Rajoy.
Se puede entender que haya quienes desde la izquierda, y concretamente entre los socialistas, no les guste que nadie se refiera a cuatro años atrás, y menos que se recuerde la situación en que dejaron España en las dos ocasiones en las que se pudo acceder, por parte de la oposición, a las cuentas públicas. Si en la primera, cuando Aznar llegó al Gobierno, se encontró con que no había liquidez para pagar las pensiones ni la extra de Navidad, hace cuatro años, tras el Gobierno de Zapatero, la situación era la de una España en bancarrota.
De ahí que nos les guste para nada que se les recuerde que aquellos lodos han traído estos barros, y prefieren siempre pasar página a aceptar con humildad ni uno solo de sus errores. Por lo tanto, sólo les queda la demagogia y el populismo, y cuando este argumentario se les termina ya, esgrimen el ataque despiadado al honor del adversario. Así, al igual que sus antecesores, el exministro socialista Miguel Sebastián hizo lo propio con Gallardón, en otro debate público, llegando a sacar a la luz pública su vida privada y familiar (por cierto, ahí acabó su carrera política). Por lo tanto, no es de extrañar que a falta de argumentos, Pedro Sánchez haya vuelto a bajar de nuevo a las cloacas de la política con la frase de que "España necesita un presidente decente y usted no lo es", por eso auguro que aquí también ha empezado a cavar su propia tumba política.
No les gusta -como digo- que se les recuerde lo de hace cuatro años, pero sin embargo ellos no hacen más que referirse a la República y a lo que posteriormente ellos denominan golpe de Estado, al régimen franquista y, ya por último, a los obsoletos que redactaron la Constitución en 1978. Esto sí les interesa a ellos que se recuerde. Pero lo más reciente, lo que está más fresco en la memoria de los españoles, eso no. De ahí que nada se puede pactar con quienes ni tienen una idea definida de España, ni tienen una política económica que respalde sus propuestas, a ejemplo de sus dos leyes estrella, de las que ellos tanto se jactan: la ley de la Dependencia y la ley Contra la Violencia de Género, pues ninguna de las dos ha ido acompañada con su correspondiente memoria económica y sostén financiero para poder hacerlas viables. Y ahora es cuando, sin escrúpulo ninguno, mencionan a los fallecidos que no llegaron a percibirla como elemento electoral: vergonzoso.
Juego sucio el de estos chicos "sociolistos" que no han hecho nada más que generar -una vez más-, y cuando España parece que va viendo la luz, un estado de confusión basado en el engaño y las medias verdades. Todo ello es muy propio del socialismo español y de toda la izquierda en general, para desgracia de los españoles, que han sido víctimas del rencor y de la envidia. Esperemos que los españoles sean lo suficientemente objetivos como para no fijarse en el dedo cuando se le enseña la Luna. Pues ese dedo es el chascarrillo y la Luna es la seriedad, que debe siempre acompañar a todo buen estadista y español.
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