La Gesta está bien como está
Como en Gijón la marca blanca de Podemos, Xixón Sí Puede, intentó cambiar por capricho el nombre de una calle histórica, La Merced, para dedicársela a un alcalde socialista, que ciertamente merece una calle, pero no la que quería el maestro del colegio público Jovellanos, que así contemplaba su cambio todos los días al entrar en el colegio del que es director, famoso, entre otras hazañas, por erradicar del mismo colegio cualquier símbolo navideño, desde un sencillo belén a un humilde villancico, alegando algo tan peregrino como que esos símbolos podían herir la sensibilidad de laicistas acérrimos o miembros de otras creencias. La ocurrencia del portavoz de la marca blanca de Podemos no llegó a tomarse en serio por la contundencia de muchos gijoneses, a quienes les parecía una provocación el cambio, lo cual motivó que el mismo que propuso el disparate callejero reconociese su error y pidiera disculpas por la osadía, en la que no faltó cierta fobia a los nombres religiosos, como el de la calle de La Merced, en donde los frailes, que se dedican a la redención de cautivos, tenían un convento histórico que se perpetúa con el nombre de La Merced.
En Oviedo a esa nulidad cultural autosuficiente y pedante conocida como Rivi, que cuando lo necesita para estar en el machito del poder lo mismo pacta con el PP, vía Caunedo, que con el PSOE o la marca blanca ovetense de Podemos, representada por la alcaldesa real no in péctore de Oviedo, la señora Taboada, se le ha ocurrido en su mentalidad guerracivilista cambiar el nombre de una plaza emblemática como la Gesta para regalárselo a Mandela, quien nadie duda que merezca que en todas las partes del mundo alguna calle lleve su nombre. La ocurrencia de Roberto está condenada al fracaso si se respeta la voluntad mayoritaria de los ovetenses, que no han sido consultados, para no entorpecerlos en su vida cotidiana.
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