Eternos rivales
Escribo esta carta en favor de Asturias y me refiero al tema de la rivalidad entre dos históricos equipos de fútbol que recientemente (los últimos 20 años) han estado más para allí que para aquí, me refiero al Real Sporting de Gijón y al Real Oviedo. El Sporting corrió mejor suerte que el eterno rival. Vivió dos descensos a Segunda División y dos ascensos a la categoría reina. Sin embargo, el Oviedo vivió tres descensos consecutivos llegando a Tercera División y pasando por una complicada situación económica en la que el club peligró por momentos, y dos ascensos, lo que le colocan en la categoría de plata.
Muchos de los aficionados de ambos equipos critican al rival con datos obviamente pasados porque enfrentamientos directos no ha habido en los últimos años. Los jóvenes de hoy heredan esa rivalidad de sus padres, tíos o abuelos porque ellos no lo han podido vivir. Saben quién es el rival por una herencia, por oídas, por batallas que cuentan pero tristemente no lo han vivido, no disfrutan de ese ambiente de esas ciudades paralizadas por el fútbol, de esos desplazamientos a 30 km para ver un partidazo entre dos clubes históricos y grandes de todos los tiempos, dos clásicos del fútbol de Primera. ¿Qué chico/a de 20 años o menos ha vivido un derbi asturiano?
Tanto un equipo como el otro se necesitan. Si el Sporting hubiera alentado la extinción del Oviedo no sería bueno para el Sporting, ni por supuesto para Asturias. Todos los grandes tienen un eterno rival y es cuando se enfrentan entre ellos cuando más sale el orgullo de afición, ciudadanos de la ciudad y jugadores, un Barça-Madrid, un Sevilla-Betis, un Boca-River, Argentina-Brasil son mucho más que partidos, mucho más que fútbol.
Un derbi asturiano en la máxima categoría es bueno para el Principado, por los gastos en hostelería y comercios de Gijón y Oviedo que genera un partido de estas características. Es bueno para Asturias por la situación en la que queda teniendo dos equipos en un altísimo nivel y sobre todo es bueno para los aficionados infantiles, juveniles y sub-26, que tendrán oportunidad de conocer lo que esto significa para las ciudades, para sus padres, tíos y abuelos, para el club de sus amores y también para los aficionados adultos y jubilados, recordando aquella otra época en la que ambos equipos rendían al máximo nivel de la competición luchando incluso por copas y ligas, por tanto pienso que ¿rivalidad?, sí; ¿respeto al rival?, también. Cuando entendamos y queramos ambas aficiones estar en Primera sin que el rival esté en categorías inferiores por burla o miedo y queramos ese derbi en Primera para discutir entonces quién es el mejor en ese momento. Ese próximo Sporting-Oviedo o viceversa lo ganará Asturias y habrá un empate entre dos aficiones ejemplares para el resto.
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