Por sus obras los conoceréis
En nuestro período de elecciones, a muchos ciudadanos se nos presenta un “lío de desmadeje” a la hora de votar. ¿A quién votar si ya ni siquiera mi partido cumple con mis convicciones e ideales? Este problema de conciencia, supuesta ésta suficientemente formada (relativismo, el bien y el mal, etcétera), se aborda desde varias posturas: el voto útil, el voto radical y el voto en conciencia. Unos optan por sumar y sumar todo lo que sea útil para sus ideas o partidos, “status” económico, etcétera (“más vale pájaro en mano...” o “lo malo conocido...” se dice); los segundos van con el voto radical o antisistema, cambio total, período constituyente y revolucionario en la sociedad. Los del voto en conciencia, a los que me sumo, preferimos construir desde lo mucho bueno hecho desde la transición hasta aquí, la íntima satisfacción de ser consecuentes con: lo sensato, las leyes naturales (no inventada por hombres), la dignidad del ser humano desde el vientre materno hasta la muerte natural, una economía subordinada a este (Papa Francisco), etcétera. No todo es malo, hay veteranía y juventud en estos partidos pero más ingeniería social y poder que el servir, moralizarse y regenerarse con hechos. Veamos:
El Partido Popular, especialista en solucionar desfalcos económicos que deja el PSOE, traiciona y manifiesta su complejo de inferioridad en cuanto a tomas de posturas políticas y de valores (aborto casi como lo dejó ZP con más de cien mil asesinatos anuales, matrimonio homosexual, ya simpatizantes con teorías de género, etcétera).
El Partido Socialista, cada vez más radicalizado en asemejarse a Podemos (vease su acuerdo en ayuntamientos y autonomías). Su gran menú de “diosecillo soberbio” en la ingeniería social (aborto, matrimonio homosexual, “fantasma antirreligioso”, eutanasia, etcétera) y lo maniacoderogativo exprés de este ZPII en educación, trabajo, etcétera.
Ciudadanos, una persona y bisoñez, con su sectario comportamiento y tolerancia al PSOE en Andalucía respecto al PP en Madrid y Murcia, etcétera. También “diosecillo” recreador de la ingeniería social, como los otros, en temas ya enunciados.
¿Y el neo-reciclado comunista Podemos?, ¿qué no decir de estos, que gozan de todo lo negativo de los demás partidos, elevado a la enésima potencia comunista? De una verborrea personal y... éste sí, ya experto en algo, después de haber hecho y seguir haciendo mucho mal allí, en su fracasada y académica ciencia política comunista en las recientes elecciones venezolanas y del timo griego. Lobo y camaleón engañabobos, ya disfrazado de todos los colores, estricto vigilante de su Decálogo y cuyo primer mandamiento de su dios Lenin es y será siempre: mentirás a tu prójimo como a ti mismo (sí, porque son conscientes de su autoengaño). Persona refugiada y cómoda en su “telescondrijo” de cuarta, quinta, sexta y ahora en RTVE. Enfadado y huidizo con las preguntas y medios privados que, veladamente, deben desaparecer, amenazó.
En resumen: por sus obras los conoceréis. ¿Cómo votar a quien te da sopa sin ajos o al que te da ajos (que pican) sin sopa? Queremos sopas completas, con ajos y demás ingredientes: dignidad (no la inventada) en la defensa de la vida al nacer, al crecer, trabajar, vivir y morir como personas completas, pues también somos espíritu y nos trascendemos. Política social y más justa, según Cáritas. Sin esto no se vota a nadie.
Cosme Ruiz Pérez
Gijón
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