La nueva izquierda (PSOE-Podemos) quiere arruinar España
Los resultados del 20-D se han vuelto contra los más de siete millones de electores que emitieron su voto a favor del partido ganador de las elecciones generales. Siento decir que tanto los socialistas como los podemitas son unos pésimos políticos y malos perdedores. De poco o nada ha servido que una mayoría de ciudadanos hayan depositado su confianza en un partido mayoritario y después el resto de los partidos que concurrieron a las urnas hagan trampas con las papeletas. Así el panorama que se presenta es completamente desolador, y es muy preocupante que en vez de admitir la derrota se lancen a tumba abierta a obstaculizar la formación del nuevo gobierno que debería de salir de las listas del partido ganador.
Entonces ¿para qué fuimos a votar? A esto se le llama una democracia mal entendida, y manipulada por los perdedores. El partido socialista tiene un grave problema y es que su cara más visible tiene unas ideas democráticas muy confusas, no acepta las reglas del juego establecidas de que debe formar gobierno quien más escaños haya obtenido. Y en cuanto a ese otro confuso partido de izquierdas que hoy dicen una cosa y mañana la contraria, deberían de mirarse al ombligo y dar gracias a sus amigos por los votos obtenidos, pero que no son suficientes para gobernar este país. Ni siquiera sumando los escaños de los dos partidos podrían gobernar con total garantía.
Esta última campaña electoral fue la más sucia de cuantas se han celebrado, y todo por la participación de formaciones políticas de trileros de nuevo cuño. Por mucho que digan que se acabó el bipartidismo, éste es mucho mejor que en lo que se ha convertido ahora la nueva clase política que de la parte izquierda no tiene rumbo definido, cada cual va a su aire y conveniencia, los ciudadanos que aguanten el temporal político o desaguisado. No sé si lo que buscan es que haya nuevas elecciones para mejorar sus resultados los perdedores pero me temo que la situación podría volver a repetirse. Un gobierno del PP-PSOE podría ser la solución, pero cambiando el cabeza de lista del segundo partido, entre otras cosas porque no tiene carisma de ganador, ya que siempre accedió a los cargos que ocupó de concejal y diputado estando en lista de espera. Esta adversa situación se podría solucionar con la abstención del PSOE para la investidura del Presidente ganador y los votos de Ciudadanos, y darle un margen de confianza al nuevo gobierno para no paralizar este maltrecho país. Esto dudo que se arregle ya que todos los puntos de mira apuntan al Sr. Rajoy. Lleva cuatro años sembrando vientos y ahora está viendo los resultados.
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