Arde Asturias

2 de Enero del 2016 - Luis Carlos Méndez Fernández (Tapia de Casariego)

La catástrofe ocasionada por los incendios en Asturias, a pesar de los esfuerzos infrahumanos de muchos colectivos e individuos, con gran despliegue de medios, tanto materiales como humanos, nunca debió de ocurrir. Seguramente muchos de estos incendios fueron provocados por algún desalmado, que no pensó que además del destrozo de la naturaleza, de viviendas, cuadras, maquinaria, de recursos forestales, de la flora y la fauna, que tardará muchísimo tiempo en recuperarse, pudo haber ocasionado lo que sería aún mucho peor: la pérdida de vidas humanas. El día escogido, un sábado al atardecer, con gran fuerza de viento del sur, a la hora en que se iniciaron los incendios, era el momento propicio para ocasionar el mayor daño posible, con mínimas posibilidades de reacción de los diferentes medios y personas, ante la inminente llegada de la noche. Con la velocidad de propagación de las llamas, pudo haber acorralado a cualquier persona en un lugar aislado, con las peores consecuencias para su integridad. Por fortuna y a pesar del riesgo que corrieron algunas personas, que se llegaron a encontrar en situaciones inverosímiles, se salvaron de forma increíble, sin tener que lamentar además su posible fallecimiento.

En la zona occidental de Asturias, hace bastantes años, había si cabe aún más bosques, pero entonces las ganaderías eran menores y los montes se limpiaban asiduamente, de tal manera que eran prácticamente transitables. Antiguamente, los helechos y rastrojos de los montes se utilizaban sobre todo para hacer camas para el ganado. En la actualidad, además de haber mucho abandono por parte de la población de las zonas rurales, también hay muchos montes comunales, lo que implica que el mantenimiento de estos espacios es mucho menor, con los consiguientes peligros potenciales que ello puede ocasionar. Quizá también habría que incentivar el tener animales sueltos por estas zonas, como caballos, ganado bovino y otros, que se alimentan de estos matorrales y contribuyen eficazmente a mantener limpios los bosques. Para ello, en caso de muerte de algún animal de estos, por los ataques de lobos que abundan-, habría que indemnizar convenientemente a sus propietarios. También, creo que sería muy importante el alejamiento de los montes de las casas y cabañas a unos límites prudenciales, estableciendo unas franjas mínimas de seguridad, con un control y observancia en el cumplimiento de estas medidas, respetando las normativas existentes tanto en el ámbito municipal, como regional y estatal y ampliando estos límites si fuera necesario.

Si queremos un paraíso natural del que nos sintamos orgullosos, hay que vigilarlo y protegerlo con todos los medios necesarios y que no sirva exclusivamente como eslogan y dejarlo de la mano de Dios. Creo que la prevención, la vigilancia y el mantenimiento de estos espacios, de una forma coordinada entre todas las administraciones, no resultaría tan costoso. Lo más costoso, son las desgracias humanas, que no se pagan con dinero, como la sucedida hoy mismo a un piloto de helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado, que acaba de fallecer en la lucha contra los incendios en el municipio de Parres. Eso desgraciadamente, ya no tiene remedio. Me gustaría poder decir que fue el último en este tipo de servicios. Si hay que priorizar en gastos, hágase y evítense los innecesarios, que no son pocos, pero no escatimen en lo que todos estamos de acuerdo. Hay que buscar una mayor conexión entre los propietarios y todas las administraciones y buscar una solución ya. De lo contrario, esto seguirá siendo permanentemente, lo más parecido a un polvorín.

Existen en Asturias unas cooperativas forestales, muy ligadas a las poblaciones rurales, que prestan servicios de carácter agrícola, silvícola, forestal, además de servicios prevención de incendios y otros, que quizá sean los más entendidos en la materia, pues junto con los agricultores y ganaderos de las zonas, son muy conocedores de estos lugares, están muy avezados a moverse por ellos, saben de las condiciones en que se encuentran los montes y por ello quizá sean los más indicados para buscar soluciones a estos problemas y puedan colaborar de manera activa y efectiva en las políticas de prevención, limpieza y mantenimiento de estos espacios.

Por cierto, los ganaderos y agricultores al menos en el occidente de Asturias, fueron fundamentales para el control y extinción de estos incendios, sin cuya colaboración sería casi imposible alcanzar los objetivos perseguidos. Desde el primer momento y de forma solidaria, no dudaron en poner a disposición de la causa, sus tractores, cubas y toda su maquinaria y materiales disponibles, además de su arriesgado trabajo, durante varios días y noches, sin apenas dormir. Creo de justicia, reconocer sus méritos y además dada la situación precaria por la que está atravesando el sector, se les deberían compensar en lo económico, al menos por los costes ocasionados en el empleo de carburantes y otros gastos durante todo ese tiempo.

En esta época, en que estamos incursos en elecciones, con multitud de promesas por parte de todos los candidatos al arco parlamentario, creo que es hora de tomar en consideración y como una prioridad, el proteger lo que es de todos, previniendo este tipo de situaciones para no tener que lamentar lo sucedido, que aunque catastrófico, aún pudo haber resultado peor. Están bien las visitas de las autoridades para colaborar y comprobar in situ la situación, pero espero que tomen buena nota, que no sea pura pantalla y marketing que sólo incremente los gastos públicos y obren en consecuencia y con sentido común para que esto no se vuelva a repetir.

En Asturias, por la falta de entendimiento entre las diferentes fuerzas políticas, parece ser que estamos abocados a una nueva prórroga presupuestaria. No creo engañarme si digo que en este asunto todas las fuerzas políticas se podrían poner de acuerdo y deberían buscar una solución sin demora, habilitando el dinero necesario a través de un crédito extraordinario u otra medida que consideren oportuna, pero por favor, cumplan con sus obligaciones y miren un poco más por los asturianos y por sus problemas, que en definitiva son los de todos.

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