Asturias: migraciones e incendios
En Asturias el campo ha sufrido una transformación radical social y económica debido al abandono de la agricultura, ganadería y otras profesiones basadas en su principal forma de vida tradicional que no ha sido la industria, sino todo lote relacionado con su definición propagandística "Paraíso Natural". El paradigma industrial se impuso en Asturias de forma excluyente y exclusiva porque se pensaba que en Asturias era solución para todos sus males, retraso cultural y económico (…), lo que motivó un abandono y migración del campo a la ciudad masivo: vivir en la aldea era un estigma que muchos asturianos trataban de evitar como fuera, con la emigración hacia Europa, Hispanoamérica o a la ciudad. La Aldea Perdida del genial Armando Palacio Valdés, enterrado en nuestro monumental Campo Santo de La Carriona de Avilés, considerado como una de las grandes maravillas funerarias de España, ya intuyó los graves problemas, especialmente morales, que Asturias iba a sufrir. A esto hay que añadir el cambio climático perceptible, en forma de incendios masivos y casi generalizados. Una especie de Apocalipsis Now y no el de Coppola precisamente.
Como escribe el Papa Francisco en esa maravilla de ecología integral que es Laudato Sí, de lectura obligatoria para políticos, ecologistas, hombres y mujeres de buena voluntad preocupados por el futuro de nuestra casa común la hermana Tierra: “Los cambios climáticos originan migraciones de animales y vegetales que no siempre pueden adaptarse y esto a su vez afecta a los recursos productivos de los que viven de la agricultura y la ganadería que se ven obligados a migrar con gran incertidumbre para su futuro y el de sus hijos”. Se percibe lamentablemente una general indiferencia ante estas tragedias que suceden ahora en Asturias. La escasa reacción ante este desastre anunciado es un signo de la pérdida del sentido de la irresponsabilidad ciudadana. Por lo que se ha visto en Asturias desde hace tiempo el poder político y económico dominante en Asturias, que suele ser el mismo, parece haberse conformado en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos, pero muchos síntomas indican que estos incendios podrían ser cada día peores. Los impactos medioambientales siempre recaen sobre los más pobres y sus medios de subsistencias, que dependen de las reservas naturales y de los servicios del ecosistema: agricultura, ganadería, pesca y recursos forestales.
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