Manipulación e hipnosis
Parece que para algunos la manipulación mediática que deforma conciencias al gusto de los imperios mediáticos, redundancia aparte, sólo es posible si quien la ejerce es un imperio con tufo rojeras. Que no es manipulación mediática, oye, lo de las teles, radios y diarios de tinte gubernamental como Dios manda, de orden, en donde el desfile de políticos y gentes de rectitud contrastada ocupa, sin que algunos lo perciban, horas y más horas desde hace añares, aunque algunos, si no muchos, o hasta casi todos esos que nos dicen qué cosas debemos pensar, merodean peligrosamente el delito, la corrupción y los intereses particulares. Se ve que para esos algunos a los que me refiero lo que les fastidia es que el crisol muestre todos los colores de su espectro, que cuando mejor se vivía, creen, era cuando colores no había más que uno, eso sí, grande y libre.
Gente bastante más inteligente y formada que yo mismo y esos opinadores alarmados hace tiempo que llaman a los medios, cualesquiera que sean, medios de persuasión. De ahí la importancia capital del pensamiento propio lo más limpio posible de contaminación interesada. Lo que esos algunos desean es cercenar el derecho de expresión para unos y no para los de siempre, ya que es más cómodo no pensar que hacerlo, escuchar el runrún de la nana y vivir en el letargo intelectual, así es posible cacarear sandeces como lo de trotskista, leninista, estalinista, anarquista antisistema, bolivariano, cubano y poder irse a dormir tan tranquilo.
Aviso para navegantes, por si a alguno le tienta clasificarme, puedo ahorrar algo de trabajo. No me interesan particularmente Podemos, ni Ganemos, ni Defequemos, sencillamente me indigna ese interés que hay en taparles la boca. La democracia es para todos, y todos es todos. Los que sobran en las instituciones son los delincuentes, los inútiles y los necios. Ahora, ruego encarecidamente que alguno se tome la molestia de medir concienzudamente los minutos de televisión, un poner, utilizados por alineados de unos y de otros. Sorprendería comprobar los resultados. Pero, claro, el soma es lo que tiene, que adormece. Yo, particularmente, prefiero el insomnio a la anestesia.
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