En recuerdo de don Carlos
Se conmemora en este año de 2009 el centenario del fallecimiento de don Carlos María de Borbón y Austria, de derecho, Carlos VII de España para el pueblo carlista, quien reinó desde 1873 a 1876 en una considerable parte de la nación española.
Don Carlos organizó en los territorios que dominó un Estado político con todas las de la ley. Acuñó moneda, creó una Universidad y reglamentó la enseñanza en general, emitió sellos de Correos, creando un sistema de comunicaciones excelente para los tiempos que corrían, sistema que tuvo al frente como secretario al insigne ovetense don Guillermo Estrada.
Don Carlos trató de recuperar, primero mediante la política y luego con el esfuerzo armado de sus voluntarios, el resto de España usurpado por sus enemigos Amadeo de Saboya, la I República y por Alfonso XII, este último, impuesto a la nación por el cuartelazo sostenido por Martínez Campos sobre aquel país agobiado por las hambrunas y los caciquismos.
Don Carlos de Borbón fue una figura majestuosa de cuerpo y alma. Sus escritos tienen el don de permanecer vivos en la sociedad española a lo largo del tiempo. Su testamento político es de una belleza sublime: «Gibraltar, español; confederación con las antiguas colonias, unión con Portugal, es decir, integridad, honor y grandeza».
Don Carlos reinó y fue aclamado en Navarra, Cataluña, Vascongadas, Aragón, Valencia, Galicia. Sus leales se extendieron por toda España.
El carlismo no puede ser reducido a los conflictos bélicos, pues es un conjunto íntegro de españolidad y de pasión por las esencias más puras y genuinas del buen gobierno basado en la inclaudicable moral cristiana.
Cien años se cumplen del fallecimiento en Varesse de este egregio personaje de la historia española. Su muerte ocurrió en un destierro donde no arrió jamás sus banderas. Sus restos mortales reposan en la catedral de San Justo de Trieste.
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