Estafado con el reciclaje
Quería mostrar mi sorpresa y enfado con el proceder que, en materia de reciclaje, está llevando a cabo Cogersa.
Hemos visto anuncios por activa y por pasiva sobre este asunto y su importancia, con un gasto en publicidad muy considerable.
Dineros públicos, míos, de todos, campañas escolares de por medio y visitas al vertedero central. ¿El resultado?
El resultado es el que veo en el polígono industrial de Gijón donde trabajo: desde mediados del pasado mes de septiembre, Cogersa suprime la recogida de cartón industrial.
En resumen, los hechos hablan por sí solos: no al reciclaje.
Ante semejante atrocidad ecológica llamé a Cogersa dos veces.
En una primera ocasión me hacen una bicicleta dialéctica, un quilombo dialéctico muy educado para terminar diciendo que reciclar es caro.
En la última comunicación intentando contactar con el gerente Santiago Fernández, para explicarle la supresión del servicio a las empresas, una voz femenina me invita a enviar un escrito de reclamación al departamento de reciclaje para comunicarme con el jefe del servicio señor Suárez.
Tengo claro lo que hacer con los seiscientos kilos de cartón que en mi empresa se genera semanalmente: ¡echarlos a la basura!
Muy lamentable, muy penoso, pero así es.
Enhorabuena, señor Fernández, me refiero a Santiago Fernández, ese individuo esquivo y gris que nos lleva a estas situaciones. ¿Se puede ser gerente así?
Lárguese, retírese, que le jubilen de una vez. No merece estar ocupando ese cargo ni un día más. No nos venda que el vertedero se llena, usted sabe bien la causa.
Me siento como un delincuente ambiental, y sin embargo me implico día a día en multitud de pequeños gestos por el medio.
Esta situación hace pensar. Veo el reciclaje como una religión con dioses vendidos al dinero, al menos en Asturias.
Termino reiterando mi petición para que ese gerente dimita, y tal vez quien venga tenga alguna idea coherente y racional.
Manuel Suárez Álvarez
Gijón
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