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El caminar del emigrante

31 de Enero del 2016 - Silvino Lantero Vallina

Una de las lecturas de mi infancia que recuerdo por la impresión emocional fue el relato "De los Apeninos a los Andes", escrito por el italiano Edmundo de Amicis. Me lo prestó una maestra de escuela rural. Aquel niño cruzando solo el Atlántico para encontrar a su madre se me hizo presente leyendo el libro de mi amigo Guadimiro Rancaño "El caminar del emigrante", que es una biografía novelada de su padre, Nuel Sanfeliz, nacido en el concejo de Grandas de Salime en 1904. El caserío, San Feliz, donde vivió sus primeros años se encuentra desde los años cuarenta del pasado siglo bajo las aguas del embalse de Salime.

La emigración de españoles a América que comienza a finales del siglo XV fue continua hasta el siglo XX. Forjaron las naciones hispanoamericanas. En Cuba, México, Argentina y otros países encuentras descendientes de emigrantes procedentes de las zonas rurales de Asturias, Galicia, Cantabria y Vascongadas. Muchos asturianos tenemos familiares que emigraron a América. En mi caso, una tía, Dolores, se marchó en 1928 a Argentina y nunca más volvió. Otro tío, Serino, estuvo dos años en Matanzas, Cuba.

En este libro, Guadimiro narra, con lenguaje muy bien construido y ameno, las peripecias de su padre, Nuel de Sanfeliz, por Santo Domingo, Cuba, Nueva York y Argentina. Con 15 años, en 1919, emigró a Santo Domingo, donde no estuvo mucho tiempo, y pasó a Cuba y a Nueva York. En esta ciudad entró "sin papeles" y cuando la Policía descubrió esta circunstancia lo repatriaron a España en 1923. De nuevo en Grandas, fue recibido con gran alegría por sus padres y abuelos. En contraste, las despedidas eran dramáticas. Era muy probable que pasaran varios años sin volver o incluso, como mi tía Lola, la de Buenos Aires, no volvieran nunca a su tierra de origen.

De nuevo, dada la falta de oportunidades en su aldea y sin duda espoleado por sus inquietudes sociales y culturales, Nuel decidió con el apoyo de su familia ir a la Argentina. Como dije, se me encoge el corazón cuando Guadimiro nos cuenta las dos despedidas, primero en la casa paterna, el desplazamiento hasta Gijón, la espera en una pensión, la salida del puerto y la travesía del Atlántico.

En la segunda emigración, esta vez a Buenos Aires, donde llega en el año 1923, lo acoge su tía Leonor. En esta ciudad y en Córdoba trabaja en restaurantes y consigue ir ahorrando. Paralelamente, comienza a interesarse por la actividad sindical y política. Se hace comunista, quizás influido por otras personas, lecturas y su experiencia personal. Ciertamente, esto lo entiendo muy bien, puesto que es muy fácil caer en la ilusión y en el error de que el comunismo o el socialismo radical es la solución y no el problema. Esto es así como lo puede comprobar cualquiera que esté debidamente informado. Allí donde triunfaron populismos, socialismos extremistas y comunismo, se generan inmediatamente violencia, miseria y horror. Quizá cuando estaba en la Argentina de los años veinte y en la España de la II República nuestro protagonista no tuviera información de los desastres causados bajo la dirección de grandes criminales como Lenin y Stalin.

Por otro lado, las injusticias y condiciones de vida míseras que conoció nuestro protagonista le llevaron, con la mejor intención y generosidad, a optar por las vías marxistas. Lo comprendo perfectamente, puesto que un servidor también cayó en ese gran error durante, afortunadamente, unos pocos años. La historia ha demostrado que tanto la creación como la distribución de riqueza no funcionaron en naciones donde triunfó el comunismo en sus diversas variantes, desde la antigua URSS a la Cuba de la dictadura castrista. Al contrario, las naciones con gobiernos de orientación liberal y entorno moral de base cristiana son las que han alcanzado mayores niveles de armónica convivencia y desarrollo económico.

Subtítulo: La historia de Nuel Sanfeliz, entre Grandas de Salime y América

Destacado: A principios de los años treinta regresa, en el buque "Uruguay", en camarote individual, de nuevo a España. Había conseguido cierto nivel de ahorros en los años de bonanza económica en la Argentina.

Esto no enmienda la sensibilidad de Nuel ante las injusticias y calamidades que conoció como la malnutrición infantil, la falta de formación, las deficiencias de la vivienda, el trabajo infantil o las penosas condiciones laborales. En los capítulos del libro hay momentos de amor, mucho sufrimiento, misericordia, ayuda mutua, acogida.

Aparecen algunas mujeres jóvenes que influyeron en su vida, sin que llegara, en los años veinte, a contraer matrimonio. Una de ellas fue una joven gallega, Carmela, a la que conoció en el barco en que realizaba su viaje a Buenos Aires. Le perdió la pista y la encontró posteriormente en Córdoba. Desgraciadamente, Carmela falleció de tuberculosis.

Parece deducirse que le fue bastante bien en su trabajo en la hostelería en la capital de la Argentina y en la ciudad norteña de Córdoba.

A principios de los años treinta regresa, en el buque "Uruguay", en camarote individual, de nuevo a España. Había conseguido cierto nivel de ahorros en los años de bonanza económica en la Argentina.

Finaliza la novela con los diversos avatares por los que atraviesa Nuel en los calamitosos años de la historia de España que van de 1931 a 1936. Naturalmente, por su condición de comunista, colabora con el PCE y funda con otros amigos la célula de este partido en Grandas. Hombre esforzado, ayuda en la casería de sus padres, trabaja en la construcción del embalse del Doiras, hace encargos de carpintería. Conoce a una chica llamada Ariana de la que se enamora y con la que años más tarde contraerá matrimonio.

El ambiente político en Asturias es calamitoso por los enfrentamientos violentos y especialmente la Revolución de Octubre de 1934, que alcanzó elevados niveles de ensañamiento en Oviedo, principalmente con el asesinato de clérigos, seminaristas y de miembros de los hermanos de la Escuelas Cristianas. Estos últimos fueron asesinados en Turón junto con un sacerdote pasionista, un ingeniero y un empleado de un economato. Se inicia, así, en Asturias una de las mayores persecuciones contra el cristianismo, que se extenderá por la España de la zona republicana entre 1936 y 1939.

Nuel de Sanfeliz no participa en ningún tipo de violencia, salvo la propia lucha en distintos frentes como miliciano, hasta la batalla del Mazucu, momento en que los nacionales cruzan el Sella.

Así termina este interesante relato, prometiéndonos su autor, don Guadimiro Rancaño López, una segunda parte titulada "Nuel Sanfeliz, el caminar rojo".

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