Rodríguez-Vigil, incendios y paisanos
En una reciente entrevista en LA NUEVA ESPAÑA, el señor J. Luis Rodríguez-Vigil, expresidente del Gobierno de Asturias, comentaba lo siguiente sobre los incendios forestales producidos en Asturias:
Que se había fiado la extinción de incendios forestales a los helicópteros y a los bomberos; que comienzan de noche, cuando no hay manera de pararlo y que el incendio no se adapta al horario del funcionario (?), por lo que se requiere gente que en media hora pueda estar en el foco del incendio, y que eso sólo lo pueden hacer las brigadas o cooperativas forestales; que incrementar las plantillas de bomberos es una locura, porque restan recursos a las cooperativas forestales, y que hay muchos intereses sindicales, organizaciones ecologistas, corporativos, de imagen, etcétera...
Quiero rebatir todos y cada uno de los argumentos del señor Rodríguez-Vigil, dada su relevancia política y mediática, con la mayor brevedad posible, por lo que no voy a entrar en la "gestión, explotación o política forestal", sólo lo que atañe a la lucha contra los incendios forestales.
Los servicios de emergencia han evolucionado, se tiende a integrarlos, coordinados y jerarquizados, bajo un mando único, como ocurre en países desarrollados y de la UE, donde los incendios forestales, además de ser un problema ambiental, tienen la consideración de una emergencia, porque el fuego no distingue entre matorral, arbolado, casas, animales o personas. Así lo han entendido algunas CC AA, aprovechando y potenciando la infraestructura de los servicios de bomberos, que por su localización, movilización y tipo de organización resultan muy eficaces, como lo es el empleo de medios aéreos. Eso no quiere decir que los servicios de bomberos de las CC AA no puedan contar con equipos auxiliares (retenes, cooperativas, organizaciones de voluntarios de Protección Civil, etcétera) y otros organismos públicos y privados, porque ante una catástrofe incluso muchas manos son pocas. Es una vergüenza que no exista en Asturias una ley sobre los servicios públicos de emergencia y P. C.
Llevo casi treinta años de bombero-conductor en Oviedo y cerca de la jubilación. Acudo todos los años montón de veces a los incendios en los montes, de día y a cualquier hora de la noche. Cuando entré en el servicio, muchas intervenciones eran fuera del municipio de Oviedo apoyando a retenes y cooperativas forestales subcontratadas por empresas en determinadas épocas del año, en condiciones laborales precarias, subvencionadas por la Consejería de Agricultura y Ganadería, en las que se unían operarios municipales, vecinos y paisanos, cada uno por libre. La carroceta contraincendios muchas veces no funcionaba, al no disponer de un servicio de mantenimiento regular. En diciembre de 1989, los incendios forestales arrasaron los valles mineros, quemando varias decenas de casas, cuadras y chamizos. Llegaron bomberos de Oviedo, Gijón, etcétera. Cubas contraincendios de Mieres, Langreo, Ensidesa, cooperativas, voluntarios y paisanos. Cada uno por su cuenta, organizativamente fue un desastre. Llovieron ríos de tinta en los medios de comunicación. A partir de entonces, los políticos y el Gobierno regional decidieron crear el CEISPA (Consorcio de Extinción de Incendios), contratando los primeros bomberos e integrando la mayoría de municipios, excepto Oviedo y Gijón.
Los bomberos están localizados en sus bases, cuarteles o parques, operativos en primavera, verano, otoño e invierno, las 24 horas del día, los 365 días del año y por su distribución geográfica pueden estar en cualquier siniestro. Resultan más económicos para el contribuyente porque además de atender incendios urbanos, rurales, industriales, accidentes, rescates, inundaciones, pueden intervenir en incendios en el monte, de día y de noche. España es el país de la UE con menos bomberos por habitante.
Cada vez que hay una catástrofe aparecen magos con soluciones mágicas, paisanos con ocurrencias, tertulianos de chigre, el... "dígolo yo" y el viejo clientelismo, y los intereses "inconfesables". Señor Rodríguez-Vigil: en este país sobran muchas cosas, pero no precisamente bomberos.
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