Nuevas elecciones, un fracaso
Saturado de tantos excesos navideños y de los análisis concienzudos de los tertulianos sobre los resultados de las elecciones generales del 20-D, me gustaría dar mi opinión.
Nos enfrentamos a una situación distinta, con un panorama político de mayorías relativas, insuficientes para un Gobierno monocolor, y eso parece que genera pánico, sobre todo entre los poderes económicos, transmitiendo de forma interesada inseguridad a la población.
¿Pero acaso no era lo que buscábamos? ¿Quitar la mayoría absoluta al PP que tanto daño nos ha hecho en esta legislatura pasada? ¿Acaso el resultado no refleja la nueva situación política de la sociedad española -más fraccionada, pero más rica, con los partidos emergentes-, a pesar del castigo que supone la ley Electoral para las minorías?
Lo que no me parece lógico es pensar de inmediato en convocar nuevas elecciones por no saber manejar la política de pactos, pues supone un fracaso de la propia capacidad de los partidos e indica que piensan más en sus intereses partidarios que en los de la ciudadanía. Deben mirar hacia los resultados de las municipales, donde se han logrado pactos de gobierno impensables hace un tiempo.
Algunos lamentamos que a pesar de los recortes sociales y laborales, el partido de Rajoy siga siendo el más votado; que la izquierda, por falta de sintonía, no haya quedado en segundo lugar, perdiendo casi un millón de votos, con una representación simbólica de UP-IU. Pero estas reglas de juego se conocían y ahora no valen los reproches.
No obstante, creo que hay capacidad parlamentaria para evitar que gobierne nuevamente la derecha más reaccionaria y antisocial que conoce nuestra democracia. Si el PSOE encuentra su sitio y deja sus batallas internas por un compromiso de Gobierno progresista -sentido de Estado del que presumen-, con la suma de Podemos, apoyos de Unidad Popular y Mareas, se alcanzaría un pacto histórico para frenar el austericidio y abrir un nuevo proceso constituyente.
No hacerlo así permitiría gobernar nuevamente al PP con Ciudadanos. El partido mayoritario en la oposición -PSOE- tendría muchas culpas. Porque no se me pasa por la cabeza que haga un tripartito con los otros dos. La otra alternativa, convocar nuevas elecciones, es un fracaso de la democracia; supone una frustración para el electorado, cuando posiblemente el resultado no difiera mucho del actual.
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