Homenaje a Eleuterio Quintanilla
Grata sorpresa la de encontrar destacada en la página 2 de este diario, con fecha de 3 del presente, la noticia del homenaje al maestro Quintanilla que tendrá lugar a finales de este mes de enero. Buena la iniciativa del Grupo Quintanilla, que formando parte del Ateneo Obrero y con la colaboración del Aula Popular José Luis García Rúa, quiere conmemorar la efeméride del fallecimiento del maestro Quintanilla. Eleuterio Quintanilla, obrero chocolatero de profesión, que no maestro republicano como cita la noticia, acabó convertido en profesor de varias generaciones de alumnos, todo ello por su empeño en fomentar la educación entre las clases trabajadoras. Pedagogo de la escuela de Ferrer i Guardia, racionalista y autodidacta como marcaban sus principios anarquistas. Maestro desde que dejara su oficio como chocolatero en el año 1915 para entrar a formar parte de la Escuela Neutra Graduada, de la que acabó siendo director. Escuela no estatal, fundada en tiempos monárquicos y cuya formación no otorgaba títulos, por lo que Quintanilla ni pudo ni fue nunca maestro republicano. En 1937, tras dejar el tesoro artístico de Asturias a salvo, se traslada a Barcelona donde, tras rechazar el Ministerio de Instrucción Pública (que recayó en otro ilustre gijonés nunca recordado: Segundo Blanco), preside el Consejo Nacional de la Infancia Evacuada, dependiente del citado Ministerio. De allí partiría al exilio en Burdeos hasta su muerte.
Merecido el homenaje de una ciudad que por sus cauces oficiales mantiene vivo el recuerdo de tantos burgueses y nobles locales pero que suele pasar de puntillas por las vidas y obras de muchas otras destacadas figuras de la historia (obrera) local. Esperemos no tener que esperar 50 años tras el fallecimiento de otro ilustre maestro (nombrado de refilón en esta carta), que con 92 años mantiene vivo el espíritu de conocimiento, diversidad y libertad que siempre trató de fomentar en sus alumnos tal y como recibiera él de su maestro Quintanilla. Aunque ese sea tema para otro debate.
Pedro Pablo Bazán
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