Lo que significa el Real Oviedo
He oído una entrevista de Joaquín del Olmo donde nos decía que no nos preocupáramos, que disfrutáramos del momento. Cómo no nos vamos a preocupar, amigo Joaquín, después de tantos sinsabores, lo llevamos en el ADN. Nos han humillado, vejado, maltratado. Se han mofado, burlado y reído hasta la saciedad. Mi silla de ruedas y yo hemos sido sacados literalmente del barro de los campos de Tercera por oviedistas de todas las edades. El carácter del Oviedo se forjó en las adversidades, en las trincheras, hombro con hombro; mientras los golpes seguían cayendo, siempre podías escuchar de fondo las miles de voces de tus abuelos, tatarabuelos. Las voces de tantas generaciones que te gritaban desde sus tumbas. ¡Aguantad, aguantad! ¡Prietas las filas! ¡Aguantad! Seguro que te habrán hablado de Caravaca y del partido de vuelta. Más decepciones, más dolor. En ese momento, dije "basta". Ya no puedo más, intenté por todos los medios vacunarme contra tanto dolor, deseé desvincularme, protegerme, dejar de sufrir, pero al final siempre escuchaba lo mismo: ¡Aguantad, aguantad! ¡Prietas las filas! !Aguantad!
Hasta que llegasteis, hasta que empezamos a ver la luz al final del túnel. Pero tú también sufrirás, porque ya sois uno de los nuestros, porque ya empezáis a formar parte de nuestra historia y porque la ilusión ya la percibimos, pero no nos pidas que no suframos. ¡Aguantad, aguantad! ¡Prietas las filas! !Aguantad!
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