Izquierda, izquierda, derecha, derecha
Sí, éste era el estribillo de una canción, "La yenka", que causó furor en los años sesenta, cantada por un dúo holandés, Jhonny and Charley, con un aire muy americano.
Pues este estribillo viene que ni pintado para esta columna. Como todos sabemos, estas dos palabras en España tienen unas connotaciones claramente políticas que inevitablemente nos retrotraen al último episodio vergonzante que sufrió este país: nuestra nunca olvidada Guerra Civil.
Pues bien, creo que han pasado los suficientes años como para que empecemos a eliminar de nuestro vocabulario político estas dos palabras que sirvieron para definir una ideología concreta. Palabras arcaicas, retrógradas, desfasadas y que en pleno 2016 no deberían tener ningún significado político, como no lo tienen la pluma estilográfica o el radiocasete para los menores de 40 años.
Hoy en día la ideología de cualquier ciudadano de este país sería vivir bien dentro de un orden, con trabajo, vivienda, orden público, enseñanza, sanidad, libertad de opinión, transporte y todo ello sin estar empufados hasta las cejas como país. Y pregunto: ¿esta ideología es de izquierdas o de derechas?
No creo que ningún ciudadano demande a día de hoy diecisiete gobiernos autonómicos no productivos e ineficaces a más no poder con la corrupción paseándose a sus anchas por sus despachos, miles de puestos políticos no productivos, miles de ayuntamientos sobredimensionados en cuanto a su composición e inútiles, miles de asesores digitales (nombrados a dedo) que no asesoran de nada, miles de empresas estatales ruinosas, diecisiete televisiones autonómicas públicas que no ve casi nadie, el "banco malo" (SAREB), palmando dinero a espuertas, etcétera. Si eliminamos todo esto, vuelvo a preguntar: ¿es de izquierdas o de derechas? Y si a cambio de eliminar o minimizar todo esto hubiese trabajo para todos, vivienda para todos, mejor enseñanza y sanidad y mejores infraestructuras, ¿protestaría alguien de izquierdas o de derechas?
Hoy en día los partidos políticos deberían estar desideologizados y ceñirse a propuestas concretas para solucionar a los ciudadanos, en tiempo y forma, los asuntos antes referidos, y como esto es precisamente lo que no hace ninguno de los partidos que se presentan a las elecciones, por ello siguen tirando de algo tan vetusto como la ideología, para seguir desviando la atención sobre su incompetencia e incapacidad a la hora de dar soluciones concretas a los ciudadanos de a pie.
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