En defensa de la libertad y dignidad religiosa

Para muchos ciudadanos la Carta Semanal del Arzobispado de Oviedo una cuesta que cuesta subir (14/1/15) publicada por D. Jesús Sanz Montes, nos ha supuesto un halo de esperanza al comprobar que la jerarquía de la Iglesia Católica cumpliendo la misión que tiene encomendada, defender sin prepotencia y sin intromisiones, pero sin miedo y sin complejos, la fe y creencias del Catolicismo. Se trata de un compromiso moral válido para creyentes, pero es una reivindicación de la libertad de pensamiento exigible ante todos. Y es precisamente lo infrecuente de este tipo de declaraciones sin complejos, sin falsos pudores para no ofender a nadie, sin buenismo mal entendido, y sin tentación de hacerse los invisibles, lo que ha llevado a que estas declaraciones (descripción precisa de la realidad actual de nuestra nación) molesten a todos aquellos que se están acostumbrando al silencio de los corderos incluso cuando son atacados por los lobos.

En un país fallido, donde cualquier puede decir todo tipo de sandeces en las direcciones estimuladas y permitidas, es autoritario y resulta chocante e indignantemente injusto acusar al arzobispo de entrometerse en terreno político por no mantener una cierta neutralidad ante el ataque y la mofa perpetrado contra la tradición cristiana, por ir manifiestamente en contra del aborto o de la imposición ideológica de la educación. Es obligación de los dirigentes de la Iglesia Católica, y más en épocas convulsas y con claros ataques a su credo, el proclamar y orientar a sus creyentes sobre las normas fundamentales de la religión a la que pertenecen así como defenderlos ante el resto de la sociedad de hostilidades provocativas y obscenos desaires. Nunca se dijo tanto a tantos con tan pocas palabras.

Esto, señores laicistas (los de los sesgos anticristianos y, más aún, anticatólicos), no es entrar en política. Es defender la imagen y los derechos de una religión y de una cultura mayoritarias, que es la base de nuestra civilización y que algunos políticos que parecen arrastrar extraños complejos y agrios rencores quieren borrar, reescribiendo una historia que nunca existió. Por el contrario, ha habido casos de imprudente intromisión de algunos dirigentes de la Iglesia Católica en el País Vasco o Cataluña, sin haberse escuchado ni la mas mínima critica por parte de los que ahora acusan de ingerencia política a Sanz Montes, o de los quienes poco antes han aplaudido como un gesto de apertura de la Iglesia la torpeza de un Papa celebrando misa ante un altar presidido por una gigantesca efigie del Che Guevara, ¿Habrían alabado lo mismo si la ominosa presencia hubiera sido de otro tipejo de signo político distinto, o en ese caso sí habría sido sumisión e ingerencia política imperdonable para la Nueva Inquisición?

Efectivamente, cualquiera que siga la actualidad nacional de forma totalmente aséptica - sin ideas preconcebidas, sin sectarismo y sin bovino seguidismo de la doctrina mediática impuesta por las auténticas castas dominantes -, convendrá con el Sr.Ripa que el gobierno del PP, tercera legislatura zapateril, ha seguido políticas que son de todo menos acordes con la doctrina cristiana, pero no solo por las señaladas por los oráculos del pensamiento único y sus expendedores oficiales de carnés de progresía, sino -sobre todo- por las cínicamente no mencionadas, como por ejemplo- la no derogación de la ley del aborto, de la que su grupo, gran defensor de los derechos humanos de sus correligionarios vivos, es ferviente defensor. Por cierto, el Sr Ripa esta preocupado porque el Arzobispo tome posición ante las elección del próximo presidente del Estado (sic). Por favor, no imponga sus deseos como realidades, pues aún no se ha instaurado la república (frentepopulista) que tanto añoran algunos, que aquí y ahora, y aunque muchas veces no se note, sólo hay Presidente de Gobierno. Y en cuanto al reproche al pensamiento arzobispal sobre la corrupción consumada por los de siempre y la no consumida por los que acaban de llegar, alardean de no ser iguales a los que estaban, habiendo levantado alfombras para ayudar a llevar a los tribunales (sic) una larga serie de casos de corrupción, pero creo que se olvidaron de algo muy importante, levantar sus propias alfombras persas, esteras venezolanas y zirris vascos.

Cuando, por otra parte, el flamante concejal de Cultura y Festejos de Oviedo califica el pensamiento católico expresado por Sanz Montes, de ideología muy conservadora, muy integrista, que no tiene en cuenta la Constitución española y su carácter laico, demuestra su querencia manipuladora sobre unas declaraciones en las que exponía de forma muy clara la realidad de una campaña bien orquestada contra esta religión que la mayoría de los ciudadanos practicamos, de la cual es su legítimo y legal representante y cuya modulación ideológica personal si se han molestado en reflexionar- está muy, pero que muy lejos, del integrismo religioso que tanto parece seducir a nuestra progresía en otras religiones, objetiva e incomparablemente mucho menos inspiradoras y menos vinculadas a los derechos y libertades del mundo libre. En cuanto a no tener en cuenta la ninguneada Constitución española ¿se está refiriendo a la nueva constitución con carácter anticristiano, que su grupo con ayuda de otros, van a promover o querrían imponer?

Pasando a otros temas, dice el Sr Sanchez Ramos los actos programados por las administraciones públicas deben sustentarse en la sociedad civil y no pueden hacerse pensando en otras cosas, precisamente por eso los actos para unas fiestas de Navidad, como pueden ser Belenes o Cabalgatas de los Reyes Magos deben de sustentarse en lo que realmente representan estas fiestas desde hace siglos, en la tradición cristiana y no en otras cosas, como podrían ser el afán de secuestrar, reconducir y ridiculizar las creencias cristianas.

Si bien en Oviedo parece que en torno a estas celebraciones no hubo el desmadre que se dio en otros ayuntamientos, como es el caso de Madrid o Valencia (con las tres reyas magas -igualdad, libertad y fraternidad- propias de un carnaval cutre), eso no justifica que el representante de Podemos en Oviedo falte a la verdad al afirmar que en todas las ciudades con alcaldías del cambio (sic) se ha constatado el respeto a las personas religiosas y a lo que la espiritualidad representa, compatible en la separación entre Iglesia y Estado. ¿Les parece a ustedes, sedicentes progresistas, que pueda considerarse normal, el asalto de capillas, el cocinado de Cristos, o el pisoteo de Hostias?, ¿Es coincidencia entre gente civilizada y respetuosa tanta mofa de ritos e iconos católicos?¿acaso no es -como dice el arzobispo- tocar con hostilidad provocativa los sentimientos religiosos de los cristianos ¿Acaso no es cierto- como también dice- que saben muy bien que con el Ramadán no se juega con mofas ni en torno a la Meca se hacen befas

Acabo también con palabras del Arzobispo poniendo nombre y acaso fecha a las cuestiones, queremos vivirlas con Dios, para Él y sin hacerlo contra nadie, pero con toda la responsabilidad que nuestro momento reclama: sin complejos y sin presunciones, con tacto y con libertad, con arrojo y paciencia, con imaginación creativa y con humildes soluciones. En la vida cristiana en medio de la sociedad

Lo otro es, por ahora, cinismo y maniqueísmo puro y duro. Despertemos y evitemos democráticamente, ahora que podemos, que en un futuro no lejano sea totalitarismo