Larga cambiada
Larga cambiada se puede llamar el pase que le propinó Rajoy dejando el toro ante los trastos de Pedro Sánchez, que se las proponía muy feliz esperando poner verde a Rajoy en la investidura del mismo, ofreciéndose como salvador en la comisión federal del 30 de enero.
Ahora se encuentra con la pelota en su tejado, no puede oponerse a Rajoy y, además, por si fuera poco, sus posibles colaboradores de Podemos escenifican una puesta en escena propia de cualquier mandatario chavista, con unas condiciones en las que le coloca como vicepresidente in péctore y adjudicándose seis ministerios, y uno para IU, con dos diputados, y lo que llama más la atención, tanta demagogia con los desheredados de la tierra y no pide un Ministerio de Igualdad, o de Vivienda, no, se reserva para sí los ministerios más importantes, Economía, Defensa, con una persona que ni siquiera fue elegido democráticamente, pero le interesa el control del Ejército, el CNI, etcétera, y añade un Ministerio de la pluralidad nacional.
Con estos mimbres, además del insulto al PSOE, dando a entender la suerte que tiene Sánchez en ser elegido, ¿qué va a ofrecer el presidente ante el congreso federal, ¿el número de diputados más bajo de la democracia? ¿El pacto con un partido que lo quiere dirigir además de insultar? Por eso a Sánchez casi le preocupa más posponer el comité del día 30 que dejarse vejar por Podemos y los separatistas.
Rajoy, con el apoyo sólo de Ciudadanos, corría el peligro de que después de dos o tres meses de Gobierno en minoría, tuviera que aguantar la presión y la demagogia del resto, para que en el momento que considerasen oportuno se disolviesen las Cortes ante la imposibilidad de gobernar, con el desgaste que esto supone.
Y ahora ¿qué? Saltamos y damos un paso al vacío, hacen dimitir a Sánchez y se logra una gran coalición PP, PSOE y Ciudadanos, o volvemos a votar. Lo único claro es modificar la ley Electoral y acudir al sistema de segunda vuelta. El Estado no puede estar al albur de pequeños partidos que mangoneen el sistema.
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