Un país a la deriva
Querer no es poder. Nuestro, país en mi opinión, ha llegado en lo político a una situación límite. En este momento tenemos el voto de los ciudadanos tan dividido que ningún partido alcanza mayoría suficiente para poder formar gobierno estable, tal como requiere nuestra situación límite en lo económico, en lo territorial y tantas otras cosas.
Los dos partidos mayoritarios, ninguno alcanza apoyos suficientes que complementen su falta de apoyo directo en las urnas. Uno y otro se dan la espalda y prefieren hablar de cualquier cosa antes de la necesidad de entendimiento entre si para hacer una gran coalición, al estilo de los alemanes y otros que supieron enfrentarse a situaciones límite como a la que ahora nos enfrentamos los españoles.
En mi humilde opinión, un país que como el nuestro en este momento tiene una deuda estatal que ya se aproxima al cien por cien de su Producto Interior Bruto (PIB) y que además sigue generando déficit año tras año, no puede permitirse despreciar ni la más mínima oportunidad de entendimiento en sus formaciones políticas para tratar de conseguir formar un gobierno fuerte y estable, que transmita confianza en los inversores y mercados, de manera que podamos salir cuanto antes de esta calamitosa situación de desempleo y deuda estatal en que nos encontramos. Por tanto, nuestros políticos de uno y otro bando, si son sinceros y honrados, y de verdad están en la política para servir al país y no al lucro personal y partidista, deberían en parte, despojarse de su orgullo personal y partidista, y pensar que esta es una situación grave en la que todos nos estamos jugando mucho como ciudadanos y como nación, y que por tanto, aún teniendo como suele decirse, hacer de tripas corazón, deberían hacer el esfuerzo máximo por encontrar un entendimiento y tratar de formar un gobierno fuerte y estable capaz de afrontar y solucionar todos los problemas que en este momento nos acucian. Podrán cada uno por separado argumentar y contarnos en contra de sus oponentes lo que quieran, pero no será creíble mientras no nos demuestren con hechos que de verdad están dispuestos a sacrificar sus intereses e ideales en bien del interés general de todo el país, y hasta ahora, la verdad es que demuestran ir como los kamikaze, en la dirección contraria.
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