El gallo de Barcelos, cine turístico y Asturias de fondo
Acercarse de nuevo por la villa portuguesa de Barcelos, en el distrito norteño de Braga, es vivir a fondo la esencia portuguesa, el alma lusa y la tradición como manera de ser. Y en esta recoleta y dinámica urbe se celebró recientemente un festival internacional de cine turístico con la presencia de unos cincuenta países, España entre ellos, que ofrecieron los mejores productos del audiovisual turístico. El presidente del certamen, Francisco Díaz, insistió mucho en la calidad de las películas exhibidas en la muestra y echó en falta la presencia de Asturias, ya que varias comunidades autónomas participaron con lo más notable de su promoción videográfica. Y entre los documentales exhibidos destacó uno de ellos: Terra de Miranda, donde se hizo un recorrido por la historia de Miranda do Douro y su tradicional lengua vernácula, una variante del viejo Asturiano. Durante la proyección, las referencias a Asturias fueron numerosas. Previamente, el profesor Amadeu Ferreira aludió constantemente a la influencia del Asturiano como acción cultural e idiomática en esa ciudad fronteriza.
Y siguiendo en el ámbito urbano de Barcelos, señalar que esta pequeña ciudad tiene como icono promocional el gallo. El gallo de Barcelos y los pollos asados redivivos de Santo Domingo de la Calzada en La Rioja son muy similares. Ambos han ganado celebridad gracias a una curiosa leyenda que se repite punto por punto en las dos localidades, la portuguesa y la española, a pesar de estar separadas por unos 700 kilómetros de distancia. Sobre este tema hay varias versiones, pero en lo destacado se refiere a un joven peregrino, algunos apuntan que era asturiano, que por envidia es acusado de haber robado un objeto valioso antes de abandonar la ciudad para seguir camino hacia Santiago de Compostela. El peregrino es juzgado y hallado culpable, por lo que se le condena a morir en la horca. Sin embargo, en un último intento de salvarse, el reo se encomienda al apóstol Santiago y entonces como señal de su inocencia los pollos que habían sido asados para el almuerzo del juez que dictó la sentencia se levantan de su fuente y se ponen a cantar. El gallo de Barcelos, símbolo de Portugal y recuerdo inevitable de cuantos visitan el país, rememora este hecho milagroso y sirve de valor turístico y promocional a unos entornos de lejana historia medieval y cargados de razón hospitalaria y abierta.
Y en Barcelos se vivió intensamente durante unas jornadas preñadas de calidad y altura fílmica, la labor de directores y productores de la cosa audiovisual como fue el caso del catalán Alberto Gómez con la obra: El Estrecho, la puerta de los mundos o también de David Cooper, con un bello trabajo sobre Segovia, ambos vídeos premiados por la crítica. La República Dominicana, de la mano de la directora de la oficina turística en España, Paola Dimitri Buonpensiere, triunfó como el mejor audiovisual promocional. Y la verdad es que faltó la imagen asturiana de los osos Paca y Tola, Redes, Fuentes del Narcea o la belleza indómita de nuestros acantilados, por poner algunos ejemplos. Sí surgieron en los debates cuestiones alusivas a los rodajes de series televisivas como promoción notable de una zona determinada y el Principado se llevó la palma con referencias al Doctor Mateo o La Señora, realidades prácticas al objeto de sacar rendimiento turístico a un lugar determinado.
Y entre tanta sesión audiovisual, mesas redondas y charlas amenas, la cocina portuguesa tuvo un hueco directo para satisfacción de los forasteros. Sopas vegetales, bacalao en mil formas y las carnes supremas, todo ello con el golpe secular del arroz y el cilantro. El Chef del Galliano, Américo Vieira, en sus parlamentos de sobremesa, alabó profundamente la cocina asturiana por su calidad y esencia de bien, y todavía tuvo tiempo de preparar una pintoresca y extraña fabada mixta con chacina y mejillones que gustó al personal. Las escritoras Concha Pelayo, Ana Paula Feitosa y el cantautor portugués Carlos Mendes cerraron el certamen con lo mejor que saben hacer: palabras sencillas al viento suave de Barcelos y música con sabor a saudade, en el calor de la noche. Y acudir a Barcelos siempre resulta gratificante, por su ambiente popular, su artesanía, sus coquetas plazas, su silencio urbano y su amplio mercado en el Campo da Feira. En todo este cúmulo de realidades destacó la soberbia obra artística de Rosa Ramalho en el museo municipal, de visita obligada. Una gran mujer analfabeta nacida en 1888 en una feligresía de Barcelos, llamada Galegos S. Martinho, que alcanzó su prestigio en el dominio del barro. El Ministerio de Cultura portugués está preparando una muestra antológica de su obra en Lisboa como homenaje a toda una referencia popular.
Subtítulo: Acercarse a esta villa portuguesa, en el distrito norteño de Braga, es vivir a fondo la esencia lusa
Destacado: Surgieron en los debates cuestiones alusivas a los rodajes de series televisivas, y el Principado se llevó la palma con referencias al Doctor Mateo o La señora
Y en el transcurso del festival cinematográfico, donde Asturias acudirá el próximo año como Comunidad invitada, se escuchaba de fondo el buen trabajo desarrollado en el campo cultural y turístico cuando se habla de la hermana España. Con frecuencia me lo apunta Jorge Cunha, un buen amigo portugués. Y todos agradecidos del buen entendimiento entre Portugal y España, cada vez más ibéricos.
Carlos Cuesta. Presidente de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET)
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