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Israel, ¿"democracia ejemplar"?

30 de Enero del 2016 - Alejandro Alonso Sanchis (Oviedo)

El pasado día 25 de enero, en el marco de los actos en recuerdo de los millones de víctimas del holocausto perpetrado por los nazis, la presidenta de la Comunidad Judía, Aida Oceransky aprovechó, tal y como reflejó este medio, «su intervención para defender a Israel como una democracia ejemplar». Dado el formato de la respuesta, tomaré algunos de los últimos sucesos que mejor retratan a esa mal llamada democracia.

Señora Oceransky, ¿conoce usted a Esther Bejarano, Hajo Meyer, Henri Wajnblum, y tantos otros? Se los presento: son supervivientes del horror vivido en los campos de concentración alemanes. ¿Sabe qué tienen en común? Sus críticas reiteradas al Estado judío de Israel por los crímenes que lleva décadas cometiendo contra el pueblo palestino. Y ello les tiene sometidos a la crítica y la censura constantes.

Por seguir con nombres propios, Ayelet Shaked, ministra de Justicia, promovió una ley que permite que niños palestinos de 12 años en adelante puedan ser encarcelados durante 20 años solamente por arrojar piedras. Es la misma señora que declaró que los palestinos "tienen que morir y sus casas deben ser demolidas. Ellos son nuestros enemigos y nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre. Esto también se aplica a las madres de los terroristas fallecidos". Shamuel Eliyahu, un famoso alto rabino, ha afirmado recientemente que el Ejército debe dejar de arrestar a los palestinos; debe ejecutarlos y no dejar uno vivo. ¿Indignante? Pues resulta que los medios de comunicación de todo el mundo están plagados de declaraciones por el estilo; y, desgraciadamente, esas palabras no se las lleva el viento, sino que se materializan en leyes injustas y actuaciones militares inhumanas.

A comienzos de 2016, Makarim Wibisono, el relator de la ONU sobre la situación de los Derechos Humanos en Palestina, anunció su inminente dimisión porque Israel le ha denegado todas sus solicitudes para acceder a los territorios palestinos, imposibilitando el desarrollo de sus funciones. El pasado día 27, Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, declaró que, tras más de 50 años de ocupación y de esperar por el cumplimiento de los acuerdos de Oslo, los palestinos están perdiendo la esperanza en la paz. Están molestos con las sofocantes políticas de ocupación. Están frustrados con las restricciones en sus vidas diarias. Observan cómo los asentamientos israelíes en Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental continúan expandiéndose.

Y, ¿qué ha respondido Israel a la ONU? Al primero le han acusado de llevar a cabo un mandato tendencioso como relator; y, al segundo, Benjamin Netanyahu le señala como responsable y defensor de supuestas actuaciones terroristas, así como de socavar la neutralidad de Naciones Unidas. El mundo al revés: el régimen que lleva décadas poniendo en práctica el apartheid más brutal de la Historia, asumiendo cínicamente el rol de supuesta. Algo así como querer convertir a los afrikáner en las víctimas de la población negra en Sudáfrica durante el siglo pasado.

Afortunadamente, cada vez son más los Estados, asociaciones, organizaciones políticas, empresas y sectores de la sociedad que se suman a la condena y aislamiento del Estado de Israel, instándole a que cumpla las numerosas resoluciones de la ONU y devuelva los territorios conquistados desde 1967; así como el cese de su política de confiscación progresiva de tierras cisjordanas con el fin de construir viviendas para colonos extremistas judíos declarados- y el saqueo de recursos naturales palestinos para su comercialización en el extranjero bajo falso sello de procedencia y fabricación israelí. En definitiva: el grito para que se acabe con décadas de vergonzantes violaciones del Derecho Internacional es cada vez más fuerte.

Imagino que usted, señora Oceransky, va a continuar lanzando proclamas sionistas que no judías, ni mucho menos- cada vez que tiene ocasión contra Palestina y su gente; pero, por favor, no trate de justificar a esa democracia ejemplar -que lleva décadas pisoteando los derechos humanos más elementales- justo el día en el que la humanidad recuerda a las víctimas de uno de los episodios más negros de la Historia.

Téngalo en cuenta, no ya por los palestinos a los que desprecia, sino por Esther, Hajo, Henri y otros tantos judíos antisionistas supervivientes del Holocausto.

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