Alternancia e itinerarios formativos
Dejémonos de permanecer, llenos de dudas, en la encrucijada desempleando a nuestra sociedad. Tras todo mundo académico (o de grado) llega el mundo ocupacional de postgrado que debería conducir, a través de sus itinerarios formativos, a cualquier ocupación clasificada en el Catálogo Nacional de Ocupaciones (si existiese). Así debería haber sido y así debería ser. Toda formación de postgrado (no importa nivel, incluso el universitario) debería ser en alternancia con la empresa. De eso debería ocuparse la patronal y otros AASS y sin subvención ni nada. ¿Cómo es posible que, a través de las actividades de Compromiso Asturias Siglo XXI haya voluntarios desinteresados por todo el mundo que reciben a otros asturianos y aquí no existe una plaga de lo mismo a todos los niveles? Ellos sí son desinteresados: ¿lo somos nosotros?, ¿facilitarán nosotras empresas ese final a todo itinerario formativo?
Quiero centrarme en los itinerarios formativos del ámbito de la automatización industrial imaginando un personaje posible: Un joven asturiano era tan inteligente que, aburriéndose en clase, hacía novillos. No acabó la ESO y sus padres le pusieron de aprendiz en una empresa familiar. Trabajando le surgían preguntas que no sabía responder: fue a programas de garantía social y terminó la ESO. Luego, sin dejar su aprendizaje, trabajando, hizo el CFGM. Posteriormente, trabajando por las tardes, durante las mañanas hizo un curso de postgrado de «Mecánico de Mantenimiento Industrial» (810 horas) y otro de «Electricista de Mantenimiento Industrial» (675 horas), al poco tiempo, en el ámbito empresarial, le reconocían como un buen «Electromecánico oficial de 1ª». Sus aspiraciones crecían y el mundo empresarial le dio una excedencia: le mandaron al paro y pudo sacarse el «CFGS en Mantenimiento y Equipo Industrial». Con él terminado, y trabajando, fue haciendo cursos de «Mecánico de mantenimiento oleohidráulico» (270 horas), «Mantenedor de Sistemas electrohidráulicos» (270 horas) y los otros similares de tecnología Neumática: total 1080 horas que lo convertirían en «Automatista de base mecánica»; como tal, entró en la sección de prensas pesadas de una empresa de Palencia. Desde allí, se trasladó a Valladolid como encargado de una sección de máquinas inyectoras de plástico; y se casó y formó familia. Por el camino, hizo un curso de «Técnicas lógicas y programación de PLC» (330 horas) para el que exigían un gran nivel en la selección previa, después otro de «Técnicas proporcionales y regulación automática» (270 horas) y otro más de «Comunicaciones digitales» (135 horas): ya era un «Técnico Mecatrónico». Habiéndose trasladado con la familia a trabajar al País Vasco, sacó el «Grado en Ingeniería Mecánica» por la UNED y, ayudado en la empresa, un «Máster en Automatización Industrial» en Deusto. Su espíritu inquieto le hizo seguir adelante y aceptar un cargo para dirigir el equipo de investigación de una importante empresa de vehículos industriales en Inglaterra. Se marchó y, allí, tras hacer un máster en Matemáticas se doctoró en «Ciencias exactas». Tenía 56 años, 5700 horas lectivas no universitarias, 6080 universitarias y 540 créditos universitarios. Supongo que con este ejemplo se entenderá la importancia de los itinerarios formativos a lo largo de la vida en alternancia con los empleos, que deben facilitar tales cosas para lograr una economía del conocimiento. Desde luego, hoy por hoy, aquí: ni motivan ni facilitan.
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