Oviedo y la Semana Santa
Señor alcalde de Oviedo, señores concejales: Aunque en la actualidad no soy vecino de la capital cuyos destinos, al menos por cuatro años, rigen, como antiguo residente y por el cariño que siento hacia ella me gustaría expresarles mi opinión con relación a la tan controvertida decisión de suprimir todo lo que tenga relación con la religión, sin considerar el arraigo o tradición que de dichos actos disfrute su ciudad.
Entiendo que su idea de la aconfesionalidad y del laicismo justifique que priven a los ovetenses de las celebraciones públicas de la Semana Santa, comprendo que su utópico, y equivocado, según mi personalísima opinión, planteamiento del interés de sus vecinos y votantes les lleve a una diferenciación entre lo lúdico y lo religioso, primando lo primero en detrimento de lo segundo. Podrán aducir que no prohíben ni procesiones ni cultos, simplemente no los financiarán ni con fondos ni con personal municipales. Lo que sería una falacia, ya que sin intervención pública las celebraciones serán inviables y ustedes son conscientes de ello.
Miren, yo jamás me he disfrazado, es más, me repele y nunca he disfrutado de esa manía de distorsionar la realidad de nuestra propia naturaleza; quizás es que me considero tan feo que estimo que no me merece la pena disimularlo. O simplemente cuando mi edad me podía empujar a seguir esa común costumbre no me lo podía permitir y cuando me lo pude ya no me interesaba.
Estoy seguro de que como yo, en su ciudad, hay muchas personas que no disfrutan con trajes que, en el mejor de los casos, los travisten y en el peor, los caricaturizan, claro que el sentido del ridículo, como muchos otros, se ha perdido en aras de una liberalidad y extraversión.
Por eso no puedo entender que dispongan de dineros públicos de sus conciudadanos para sufragar todos los gastos que los Carnavales les van a ocasionar, y me pregunto: ¿cuántos ovetenses sacrificarían los Carnavales por la Semana Santa? O mejor, ¿cuántos ovetenses querrían disfrutar de ambas celebraciones y eliminarían ciertos gastos suntuosos que en nada benefician a la ciudad y sus habitantes? ¿Dónde van a poner el límite de sus intervenciones?, porque, digo yo, las fiestas de San Mateo también tienen una enorme connotación religiosa, seguro que saben que fue uno de los que acompañaron al Hijo de Dios, claro que siempre pueden suprimirles el san y llamarlas fiestas de Mateo, incluso de Wenceslao.
Señor alcalde, señores concejales: Seguro que sus conciudadanos les agradecerían mucho más que en lugar de crear problemas donde no los hay solucionen los existentes y, en todo caso, señores de Podemos, hagan un referéndum vinculante entre sus vecinos para que sean ellos los que decidan.
Contra los sentimientos es peligroso gobernar, a veces estos se tornan viscerales por la manía del ser humano de hurgar donde no debe.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo