Salario social y bajeza política
No es eso, señor Rodríguez Feito, diputado del PP; no es eso lo que esperamos los ciudadanos de un político, no es eso para lo que se le paga a usted, ni es eso para lo que la ciudadanía cuenta con usted. No tiene usted ningún derecho a arrastrar por el suelo la imagen de los representantes públicos, haciendo crecer hasta el infinito el abismo entre ustedes y la ciudadanía; una brecha que no es cuestión "de piel" ni de "hacer pedagogía": es cuestión de honestidad. No tiene usted ningún derecho de abaratar la política hasta convertirla en una vileza; su discurso produce náuseas.
Algunos ciudadanos estamos orgullosos de los progresos conseguidos en las limitadas medidas de protección social (pensiones no contributivas, salario social, ayudas a las personas en situación de dependencia) que ayudan a las familias a afrontar la que tenemos encima. Podrían ser mejores, pero, al menos, existen. Y si usted no está de acuerdo, usted más que nadie tiene en sus manos las herramientas del sistema democrático para intentar cambiarlas: usted y su partido pueden hacer las propuestas que consideren para modificar las leyes y reglamentos que regulan esas y otras prestaciones, para establecer medidas de corrección y de control cuando se aprecian aspectos a mejorar. Precisamente, ése es su trabajo. ¿Tiene usted propuestas para favorecer la inclusión de estas personas, o únicamente tiene intención de ponerlas en el punto de mira?
Pero lo que no le permite su trabajo ni su dimensión pública es que se dedique a envilecer, a generar sospechas, a difamar. Las personas que perciben el salario social tienen derecho a éste por ley. Si usted tiene dudas sobre su uso fraudulento, tendrá que hacer las denuncias que considere necesarias, o hacer propuestas constructivas orientadas a mejorar los controles. Lo que no nos podemos permitir no es la factura del salario social, es que un político acuse a las personas en situación de extrema vulnerabilidad de vender su voto a cambio de la prestación, porque, sencillamente, es intolerable.
Tampoco se puede aceptar que acuse a un partido político con responsabilidad de gobierno de fidelizar votos a cambio de prestaciones, porque únicamente está ejerciendo su responsabilidad haciendo que las leyes se cumplan: ¿o dejaría su partido si gobernara de abonar el salario social a las personas que cumplen los requisitos para percibirlo?
Estas personas cumplen unos requisitos; es usted quien, con sus declaraciones, ha demostrado no cumplir unos requisitos básicos para desempeñar su trabajo: la honradez, la integridad, la dignidad. Busque usted el fraude en los lugares donde inequívocamente se produce, particularmente en las filas de su partido afectadas por millonarios casos de corrupción (permitirían pagar el salario social de España durante años). Debería avergonzarse de su discurso y disculparse por sus inaceptables afirmaciones, o bien dejar su puesto: ha demostrado no tener la altura política que se exige de un responsable público.
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