Ocurrencias, orden y economía
Una de las últimas ocurrencia del tripartito ovetense (6 Somos, 5 PSOE y 3 IU) es de traca y fiesta local, como premio al esfuerzo ciudadano para elegir el nombre del bulevar (0,50 por ciento de participación). ¿Un éxito? Calma, se está "faciendo ciudá".
El cúmulo de "babayadas", de risa o afiladas, oculta incapacidad para arrancar el motor de la empresa más importante de Oviedo, el Ayuntamiento. El carburante está adulterado con odio, resentimiento, altanería y befa al Oviedo tradicional, en especial a la Iglesia y al capital, es decir, humanismo y ocupación laboral. Humanismo, precisamente, la mejor herencia para nuestros descendientes y no el racionalismo masónico que asoma por el Consistorio. Ese motor alcanzaría velocidad de crucero con un Ayuntamiento ágil, creativo, emprendedor, animador de empresas productivas que dejan jornales, consumo e impuestos nutrientes del Estado del bienestar, pero, ojo, sin hinchar la nómina municipal. Tarea difícil para quien desconoce el valor de un peine y contraataca aplicando el populista plan de emergencia social, "empufándose", si preciso fuere, y sobre el que cabe meditar viviendo en esta ciudad hecha, puntera entre las de su categoría, respetada, admirada, copiada y con amplia cobertura social. "Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas", escribía Larra.
Malnacido quien no socorra al necesitado, y en Oviedo hay bolsas de pobreza, ¡cómo no! Vuélquese el Ayuntamiento en quienes un sesgo dramático de la vida les dejó en esta situación. No es lo mismo ese otro grupo bullicioso, atrevido, sin vocación de trabajo, profesional de la subvención y ajeno al orden y economía. Aquí la ayuda debe ir acompañada de pedagogía que inculque la dignidad de pescar. Serán reacios a la instrucción, y la izquierda pedigüeña solapará la obligación de enseñar en este caladero de votos. Especial atención merecen esas personas víctimas de ajustes que claman por cambiar subvención por jornal, generosa ayuda para ellas y control para todos. Por último, los indigentes callejeros. La mayoría ni es de Oviedo, ni habla español. Sin comentario. ¿Existe epidemia para una emergencia social entre nuestra gente?
Señor alcalde de Oviedo (PSOE), por la gracia de Somos y un poco de IU, cambie la vara de salguera por el fornido bastón de mando y ahorme la bisoñez. Los corruptos "bajo las alfombras" son del pasado y de la justicia, ahórrese este tiempo porque "cada día tiene su afán". Muestre su valía, que la tiene probada, dentro de ese deshilado grupo y endulce el sabor que, como oposición, dejó en aquella época del Mundial 82. Fuera desprecio a funcionarios esenciales y ocurrencias sin base. Ponga a trabajar al dinero. Merece la pena equivocarse cuando detrás quedan obras y empleos; de aquellos 17 millones de remanente, ¿qué se hizo? ¿Y no hay forma de activar el presupuesto, ese que dicen será para los ciudadanos y no para los bancos? Ábrase de una vez el puente de La Florida; hágase con ideas productivas; a continuación, vendrán las sociales y no al revés. Parece que "sobre las alfombras" se halla un expediente, aprobado por la CUOTA, que permite parcelar fincas rurales en tamaño reducido (muy lejos de los 5.000 metros cuadrados que ahora exigen) y construir sobre ellas viviendas unifamiliares, con posibilidad de "cultivar orquídeas". Otorgue licencia, qué más productivo y real es esto que los corros "faciendo ciudá" con las urnas cercanas. Medie en la guerra declarada a la Iglesia. Nos invadirán visitantes si el patrimonio material y espiritual que posee se sabe publicitar conjuntamente. Santiago de Compostela, hijuela de Oviedo en su día, es ejemplo. Y que no destruyan lo hecho con el pretexto de "haremos algo mejor". Recuerdo lo sucedido el día de los premios "Princesa de Asturias", con la segunda edil al frente de la "dignidad". Una cosa es no querer la Monarquía y otra, hundir Oviedo. La Bastilla quedó muy lejos.
Señor, cambie ocurrencias de patio de colegio por orden y economía, antes de que sea tarde. Y perdóneme la intromisión: soy de Oviedo.
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