El flujo de los fluidos
El Padrenuestro de casquería, en verso libre, de la celebérrima poeta Dolors de no sé qué (que deben de ser de barriga) lo glosa AdaEta Colau (la de Gora marion-ETA) con un pareado consonante: Dejémonos de represiones y dejemos fluir las emociones. Es posible que la alcaldesa Colau no concite la unanimidad del entusiasmo, pero ni los más reticentes negarán que predica con el ejemplo cuando nombra portavoz a una amiqueta cuyo mérito curricular más destacado es su capacidad de aliviarse de fluidos corporales a pie firme, en plena calle y con cámaras y taquígrafos. Lo que se dice ahora una performance.
Los vascos bailan el aurrescu en homenaje a sus huéspedes de honor. Tal vez la República Catalana termine incluyendo en sus protocolos la meada del homenaje, como ya lo hace el Consistorio de AdaEta Colau. Que fluyan las emociones. Si el Tribunal Constitucional no se entromete, podría por fin la desinhibida progresía catalana ejercer el derecho a decidir por el inocuo procedimiento de aflojar los esfínteres. Cosa que relaja la tensión. A lo mejor hasta permitiría obviar el dichoso referéndum que tan dramáticamente se interpone entre Iglesias Turrión y y Sánchez Castejón (otro pareado consonante). Quién iba a pensar que pudieran redundar tantos beneficios políticos de una intrascendente función excretora.
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