La Duquesa es inocente
Han pasado más de dos años desde que el escándalo sobre el fraude con los contadores de la luz afectase a un gran número de locales en La Felguera. Si bien muchos de los juicios ya se han resuelto -con o sin culpa- es llamativa la posición que adopta uno de los locales afectados por el escándalo. La cafetería-pastelería Duquesa (la nueva, como la conocemos aquí) había sido acusada de formar parte de este delito, sin embargo, hace pocos días una sentencia del Juzgado de Instrucción nº 3 de Langreo nos hacía saber que, y cito: (...) sin que de la prueba practicada pueda imputarse al dueño del mismo, el acusado P. E. C. P., la comisión de delito de defraudación del fluido eléctrico que constituyó el motivo de la denuncia, conociendo así la resolución a los rumores que durante un tiempo circularon sobre la participación del local en el delito anterior.
Si bien es cierto que la Duquesa es libre de mostrarnos esta sentencia -lo que podemos comprobar echando un vistazo a la cristalera principal del local- es llamativa la posición que adopta una de las trabajadoras, comentando lo siguiente: (...) la presunción de inocencia no existe () esto viene a razón de la falsa acusación que recibimos de ser ladrones y estafadores respecto a la luz (), ahora sería honrado que todo aquel que nos calumnió se retractara, aunque sería mucho esperar (), al que le moleste que sigamos ahí, vendemos agua para ayudar a tragar, buenas noches y que la conciencia deje dormir al que pueda. ¿Culpan a estos rumores por la creciente falta de popularidad del local?
Aunque la Duquesa está situada en una llamativa zona dentro de La Pomar, una vez dentro nos encontramos muchas otras razones que explican por qué la gente ha ido cambiando poco a poco de cafetería. Tal vez entre estas razones se encuentren unos baños que dejan mucho que desear, un trato apático por parte de algunas de las trabajadoras, una disminución en la calidad del pan y los pinchos, un trato preferente a la clientela de mayor edad, una espera interminable a la hora de pagar... o tal vez la apertura de Safari, una cafetería cercana a la Duquesa en donde el café con croissant cuesta un euro y en donde los camareros te atienden -aunque siga lloviendo- con una sonrisa.
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